Quinta victoria del Caja Laboral Baskonia en la Eurocup
Con mayor utilidad que mérito
El Baskonia barrió al Besiktas en la primera mitad, pero se complicó la vida en exceso con un parcial de 20-2 en el tercer período.
BESIKAS 73
CAJA LABORAL BASKONIA 83
Arnaitz GORRITI
Se acabó la mala racha de la Euroliga. Después de las victorias del Maccabi y el Khimki, el Caja Laboral Baskonia debía imponerse al Besiktas para mantenerse en la pelea por clasificarse a los cuartos de final. En ese sentido, nada se le puede reprochar a la escuadra de Gasteiz, que cumplió su objetivo ante un rival que por momentos dio pena.
Sin embargo, el partido de ayer no puede ofrecer unas conclusiones tan positivas. Los pupilos de Zan Tabak dominaron a su antojo a su adversario, llegando al receso con un contundente 23-43 a su favor. Sin embargo, se le fundieron los plomos al regreso de los vestuarios, y tras dos técnicas consecutivas de Nocioni -a pesar de todo, el mejor de los gasteiztarras- y Heurtel -extrañamente desquiciado, y superado por un renqueante Omar Cook-, Besiktas puso en peligro el triunfo baskonista después de un parcial de 20-2.
Incluso los cerca de 3.000 espectadores que se congregaron en el Abdi Ipekçi Sports Hall llegaron a desperezarse, soñando con ver el primer triunfo de los otomanos en este Top 16. No obstante, un par de triples de Nocioni, con un poco de rigor en el rebote y en defensa, y la entrada de Omar Cook, que no anotó pero dio calma al juego gasteiztarra, el partido volvió a su cauce y la renta baskonista se volvió a abrir hasta estabilizarse alrededor de la decena -incluso amenazando en un par de ocasiones en llegar a los 20-, diferencia con la que ambos equipos parecieron conformarse.
Rival contagioso
Besiktas solo tuvo una ventaja: el 2-0. A partir de ahí, los gasteiztarras pisaron el acelerador y se fueron con suma facilidad, sobre todo en el tercer cuarto. Los turcos se mostraban incapaces de atravesar la muralla defensiva del Baskonia, mientras que en ataque Nocioni se dedicaba a martillear desde fuera la débil retaguardia otomana. Sin hacer alardes, los de Zan Tabak tenían el duelo decantado.
Pero algo pasó después del descanso. La relajación con 20 puntos de ventaja puede ser entendible, pero no hasta el punto de ver cómo el rival se sitúa a dos puntos, 43-45, y con opción de empatar. El caos en ataque germinó en el Baskonia, contagiado por el juego de su rival, que remontaba a golpe de tiros libres y sin creerse que podía tener opciones de victoria.
Por fortuna, la sangre no llegó al río. El nivel no se elevó como en la primera mitad, pero sí que sirvió para abrir una ventaja «sanitaria». La escasa afición ubicada en las gradas del Abdi Ipekçi pronto dejó de soñar con el triunfo, mientras que el Baskonia podía acometer los últimos minutos con cierta calma.
Y es que los diez últimos minutos sirvieron a beneficio de inventario. Jugadores como Tibor Pleiss o Vidmar -autor de un tiro libre surrealista, anotado a tablero- se enzarzaron en un duelo de canastas sobre su par, aprovechando la blandura mutua en la retaguardia. Lampe también aprovechó para hacer buenos números. Total, la misión estaba cumplida hacía rato.
Ganar era lo más importante, pero no podía serlo todo. La falta de «defensa y concentración» de la segunda mitad fueron los argumentos esgrimidos por Zan Tabak para mostrarse autocrítico con su equipo, por mucho que el triunfo supusiera un alivio.
«Hemos obtenido una victoria que necesitábamos para seguir adelante en esta segunda fase, pero hay que mejorar la imagen del segundo tiempo. Entramos sin intensidad ni concentración, después de haber alcanzado los 20 puntos de ventaja, precisamente gracias a la defensa y la concentración», subrayó el preparador de Split.
De hecho, el técnico baskonista incidió en que «hemos sido nosotros mismos los que nos hemos sacado del partido, no las decisiones arbitrales, que para mí han sido correctas. Lo que me frustra es que esto no es la primera vez que nos pasa, y hemos perdido algunos partidos por eso».
«Nuestra idea era ganar y seguir con esa mejora de los tres últimos partidos. Y así ha sido hasta el descanso. Luego, algunos jugadores jugaron bien, pero otros han dado un paso atrás», remachó. A. G.
La Euroliga ha abierto una investigación en
relación al incidente ocurrido después del partido Zalgiris
Kaunas y Real Madrid en el que Rudy Fernández, escolta del conjunto blanco, fue agredido por unos aficionados locales.
Los gemelos Normundas y Nauris Maciai, conocidos ultras del Zalgiris, de 41 años, fueron detenidos poco después del incidente, aunque durante la jornada de ayer quedarían en libertad, y sorprendentemente ufanos de su comportamiento, al declarar que «defendimos el honor de Lituania».
Lo cierto es que Rudy Fernández fue insistentemente silbado en el Zalgirio Arena, ya que la hinchada lituana no olvidaba su trifulca al final del partido de ida entre madridistas y el equipo de Kaunas, en el que el escolta balear mostró una imagen muy poco deportiva con Jankunas y Ksistov Lavrinovic. El devenir del partido, decidido en favor de los de Pablo Laso por 104-105 en la prórroga, después de que Zalgiris Kaunas desperdiciara una ventaja de siete puntos en el último minuto del tiempo reglamentario, fue la chispa que hizo falta para que hubiera más que palabras, aunque el jugador resultara ileso.
Durante la tarde de ayer, el propio Rudy Fernández declararía que «me encuentro bien, gracias a Dios no ha ido a más»
«No se puede ensuciar de esa manera el baloncesto. Por dos personas, no se tiene que pensar que todos los aficionados lituanos son así», añadiría. GARA