Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de Venezuela, ha sido una figura decisiva en la política latinoamericana los últimos quince años (...).

El Sr. Chávez combinó coraje y una inmensa convicción (...) y ganó las elecciones presidenciales de 1998 con un manifiesto socialista, prometiendo la devolución a las capas populares de los millones de un sistema que había puesto la riqueza del petróleo en las vidas de lujo de los ricos y en los beneficios de las compañías petroleras. (...)

Uno de los problemas de Washington es que el Sr. Chávez, a diferencia de Arabia Saudí, que compra bonos del Tesoro y otros activos de EEUU, mantiene los ingresos del petróleo en Latinoamérica. En un momento dado, Venezuela retiró 20 mil millones de dólares de la Reserva Federal de EEUU y desde 2007 ha ayudado a otros países con 36 mil millones, que en una gran parte han sido devueltos. Esto significó suplantar al Fondo Monetario Internacional y también a su compañero de cruzada neoliberal, el Banco Mundial. Incluso peor para Washington, el chavismo tiene ahora un claro programa hacia la Revolución Bolivariana, que algunos consideran casi una réplica del New Deal de Franklin Roosevelt, con una fiscalidad progresiva, empleo público, seguridad social y una electricidad barata. Para los bolivarianos eso son derechos, parte integral de una ciudadanía substantiva. Chávez proclamó que Venezuela no sería más una colonia petrolera, recuperó la soberanía sobre el crudo y quiso reemplazar el FMI por un Banco Humanitario Internacional basado en la cooperación; Uruguay, de hecho, ya paga con vacas el crudo venezolano (...)