«Estamos ya en un escenario de convocatoria de huelga general»
Ainhoa Etxaide considera que el Gobierno de Urkullu ha dinamitado cualquier posibilidad de diálogo al romper el acuerdo sobre las 35 horas. Pide al PNV que no presente los presupuestos que ha anunciado y anuncia que, ante esta crítica situación, la sexta huelga general ya calienta motores.
Juanjo BASTERRA
Ainhoa Etxaide es consciente de que el Gobierno español y los ejecutivos de Iñigo Urkullu (PNV) y Yolanda Barcina (UPN) están dando rienda suelta a los recortes, a la destrucción de empleo y al aumento de la pobreza. La secretaria general de LAB cree que unidos al Estado español y al Estado francés no recobraremos el oxígeno.
¿Euskal Herria puede aguantar esta crisis económica y la creciente pérdida de empleo?
Euskal Herria tiene que decidir si apuesta definitivamente por el cambio, por hacer un camino propio, diferente al que se ha hecho hasta ahora y utiliza la crisis para asentar las bases de lo que tiene que ser Euskal Herria en cuanto a modelo económico y social, como sujeto político en Europa, o seguimos dejándonos arrastrar por un Estado totalmente en crisis como el español. Si seguimos subordinados, nos llevan a un suicidio económico y social. Hay que decidir, pero esta decisión no es un problema económico, sino político.
¿A qué se refiere?
Nos encontramos con dos gobiernos que han tomado su decisión: intentar que haya los menores cambios posibles. Que los ámbitos administrativos de Euskal Herria salgan vivos de esta crisis. No es posible. Si Euskal Herria tiene futuro es porque hace su propio camino, si no, terminaremos engullidos por una crisis y por dos estados que están en crisis y han optado por la centralización y la uniformización de sus territorios. Por lo tanto, como pueblo y como sociedad estamos en momento de disputar esas decisiones.
¿Qué le ha pasado al PNV que parecía que iba a cambiar el ritmo, pero solo mira a Madrid?
Con el PNV el problema es mayor ya que no mira a Madrid porque sea obligatorio, sino porque comparte el proyecto que la derecha española está desarrollando desde Madrid. El PNV comparte el proyecto que viene de Madrid y ha optado por el neoliberalismo como terapia. Ha quedado muy claro cuando ha decidido aumentar la jornada laboral, cuando no es obligatorio. Ha optado por el peor de los caminos.
¿Cómo interpreta la ruptura de la ley de las 35 horas?
Ha dinamitado el último acuerdo que quedaba, un modelo por el que optar. Al fin y al cabo, esta crisis obliga a hacer cambios profundos de un modelo que está totalmente agotado, por otro que suponga un futuro digno como pueblo. Esa transición se tiene que hacer y está en juego cómo se va a hacer. Esa transición debemos hacerla sobre acuerdos solidos de país. Debe ser una estrategia nacional, compartida y acordada, que diga cómo hacemos ese camino, y que genere un nuevo escenario donde cada uno defenderá sus intereses. Pero es el escenario que Euskal Herria necesita para tener un futuro. Se debería hacer sobre acuerdos, pero el PNV lo ha dinamitado.
¿Qué acuerdos se deberían poner encima de la mesa en ese escenario?
El acuerdo tiene varios pilares fundamentales: un consenso para blindar derechos básicos de la sociedad vasca; no habrá transición, si a la sociedad se la deja desprotegida, si estamos vulnerando derechos sociales básicos constantemente, si lo que se está persiguiendo con esta crisis es que se implante un capitalismo salvaje que deje a la sociedad y al pueblo sin derechos. Hay que garantizar esos derechos básicos, porque es la única forma de salir de esta crisis.
Y ¿el segundo pilar?
Se necesitan acuerdos para dotarnos de instrumentos básicos. Uno, la capacidad de decidir, el derecho a decidir de lo que tiene que ser Euskal Herria en el futuro, en ese modelo sociolaboral Esta es la fase del marco vasco de relaciones laborales, sin lugar a dudas; dos, no vamos a salir de esta crisis sino organizamos el mundo laboral, para ello necesitamos capacidad de decidir e instrumentos para actuar de forma diferente; y en tercer lugar, se debería basar en acuerdos de qué nuevo modelo le va a permitir a Euskal Herria tener un futuro digno: modelo de relaciones laboral, de protección social, de producción. Debe garantizar derechos y proteger a la sociedad. Se tiene que hacer entre los diferentes agentes políticos, económicos y sociales, entre sectores económicos y tiene que definir un nuevo marco de disputa de intereses. Va a haber disputa de intereses en esa transición y en el marco posterior. Esa disputa se tiene que hacer sobre un nuevo marco político que permita un desarrollo, porque en el actual solo se desarrollan los intereses de unos pocos.
¿Qué hay que hacer para reducir esos escalofriantes datos del paro que sufrimos?
Se debe situar la creación de empleo como salida a esta crisis. Aquí hay una mentira que se está utilizando con frecuencia, que nos dice que la salida de la crisis generará empleo. No, al contrario, la generación de empleo permitirá la salida de la crisis. Las políticas que se adopten deben mirar a la generación de empleo. Ahí es determinante la decisión del Gobierno vasco, porque aumentar la jornada laboral es destruir empleo. Es no permitir el acceso a empleo publico a los parados.
¿Debe rebobinar Urkullu y garantizar las 35 horas?
Lo que tiene que hacer es que no presente los presupuestos que está anunciando, que dé marcha atrás a las decisiones y haga un ejercicio para determinar cuál es el mejor camino para que este país pueda salir de la crisis. El mejor camino no es imponer medidas ultraliberales, no es ponerse en frente de la sociedad, porque lo que hace el Gobierno vasco al actuar de esa manera es apostar por la conflictividad. No puede dar la espalda a la sociedad. Le pedimos que varíe su apuesta y en ese camino. No es una cuestión económica, sino una opción y decisión política.
Bajo esta premisa, ¿se sentaría en una mesa de diálogo social?
Sí. Lo decimos sin ningún tipo de complejos, Si es para hacer un camino propio, para generar una alternativa de país, nos sentaremos, pero para eso hay que dar pasos.
¿Ese camino se ha cerrado?
Lo han descartado, rompiendo el camino del acuerdo, dinamitando esa opción y presentando unos presupuestos que van a generar confrontación social. Han descartado el camino que necesita este país. Han optado por imponer el proyecto de PNV en vez de generar el proyecto que necesita Euskal Herria. No hemos estado de acuerdo nunca con el proyecto del PNV, tampoco lo vamos a estar en estos momentos. Lo que podía ser una nueva fase, un nuevo ciclo, de negociación y de diálogo, de generar grandes acuerdos como país va a ser una fase de confrontación en el que la apuesta del sindicato será por generar mayorías sindicales y sociales suficientes para que el PNV no pueda hacer eso que quiere hacer. Estamos ahora debatiendo más cómo se genera una crisis institucional, que como sería la posición de LAB en un imposible diálogo social en este momento.
Si no rectifica, ¿convocarán la que sería la sexta huelga general en Hego Euskal Herria desde que comenzó la crisis?
Estas políticas van a tener el mayor rechazo social que seamos capaces de organizar. Si hemos sido capaces de realizar huelgas generales, no solo no la descartamos, sino que somos conscientes de que estamos ya en ese escenario, de cómo vamos a disputar ese poder al Gobierno vasco y cómo vamos a obstaculizar ese camino que ha tomado frente a la mayoría de la población.
Con ELA ¿se puede mantener esa unidad para convocar esa huelga?
En el congreso de ELA dije que cuando se opta por luchar, la propia lucha siempre es un punto de encuentro. ELA y LAB siempre hemos sido capaces de responder conjuntamente por encima de nuestras diferencias y dificultades, cuando la agresión lo ha requerido. Estamos hablando de los peores presupuestos que se podían imponer, de aumentar la jornada y apostar por destruir empleo, cuando el paro está llegando a límites históricos. Por lo tanto, desde LAB vamos a hacer una apuesta por lograr el mayor rechazo posible, y respuesta lo más unitaria posible. Requiere que quienes hemos estado hasta ahora en frente de las políticas institucionales sigamos estando con mayor capacidad de acumulación de fuerzas.
¿Hay una fecha para la huelga general?
En marzo celebraremos movilizaciones importantes en favor del empleo y es un buen punto inflexión para activar la lucha en las distintas comarcas. Daremos una respuesta a los presupuestos, que debe debe ser impulso de una gran movi- lización. Abril será momento de abordar un debate en cuanto movilización e iniciativa. Mayo ha sido un mes de grandes movilizaciones, la primera huelga ante la crisis la realizamos el 21 de mayo de 2009.
¿Se está preparándo?
Una huelga general debe servir para generar impulso y abrir nuevas fases. Poco a poco hemos abierto una dinámica desordenada de lucha, después de cinco huelgas generales. La sexta huelga general debe generar una nueva fase con objetivos claros, alianzas claras e impulsando reivindicaciones concretas y estratégicas. Esos debates serán más fáciles de hacer con unas movilizaciones contundentes. También debemos extender esa protesta a Ipar Euskal Herria, donde también han impuesto una reforma laboral. De Mariano Rajoy, todavía se está a la espera de una nueva vuelta de tuerca en el tema de las pensiones. Desde luego, razones no nos faltarán para la huelga general, ni tampoco agresiones. Sí necesitamos que haya ese punto de encuentro sólido.
La patronal se tiene que estar frotando las manos después de ver que el Gobierno vasco ha aumentado la jornada laboral, porque le ha abierto su camino.
Cada vez somos más en Euskal Herria quienes pensamos así.
¿Cómo se consigue?
¿A nivel social?
«El Gobierno vasco lo que tiene que hacer es no presentar esos presupuestos que ha ido dando a cuentagotas»
«Si seguimos subordinados a Madrid y a París nos llevan al suicidio económico y social, como pueblo»
«La creación de empleo nos sacará de la crisis, no al contrario como nos dicen una y otra vez algunos»
¿Cree que la patronal chantajea a los sindicatos con la negociación colectiva?
Esa era una de las principales dificultades que tenía la patronal.
Claro. La gravedad es ésa. La derivada es que el Gobierno vasco abre las puertas de par en par a una demanda de la patronal privada, como es aumentar la jornada laboral, bajando los salarios. La patronal tiene interés particular y que lo está poniendo por encima de las necesidades de Euskal Herria y de mucha empresas pequeñas y medianas, como es que se imponga la reforma laboral para poder destruir un modelo de negociación colectiva y la capacidad de negociación de los sindicatos que en Euskal herria lo hemos hecho de una manera efectiva.
¿Qué nos queda si la patronal consigue todo de los gobiernos?
No nos queda futuro, por eso tenemos que luchar. Ese modelo no permite a Euskal Herria una salida económica y social, porque genera niveles de paro y pobreza que no es solo un lastre social, sino económico. La patronal defiende su modelo particular, que le da unas enormes ventajas particulares. Defiende los intereses de la élite que representa, por eso excluye a las pyme de ese reparto de poder.
¿Es imprescindible el cambio social, económico y político en Euskal Herria?
Llegando a acuerdos sólidos. Tendremos que acertar más, porque necesitamos alianzas sociales más sólidas.
¿A qué nos lleva?
A una alianza estratégica en el sindicalismo abertzale, solida entre agentes sociales y sindicales. A un trabajo conjunto a favor de un proceso de cambio político y social, que se tiene que hacer desde la capacidad de articular una estrategia social y donde los sectores que optamos por cambiar Euskal Herria podamos desde nuestra autonomía hacer nuestra labor, pero compartiendo un mínimo común: que de esta crisis tenemos que salir con los cambios estructurales que Euskal Herria necesita. El impedimento se encuentra en que no hay acuerdos sindicales sólidos
Hay consenso. A la reforma capitalista que nos imponen solo se puede responder abordando un proceso soberanista, pero ni a nivel sindical ni social hay acuerdos estratégicos. J.B.