La sentencia por la masacre del año pasado durante un partido de fútbol entre los equipos de Al-Masry y Al-Ahly en Port Said, que se saldó con la muerte de 74 personas, desató ayer en El Cairo y Port Said otra ola de violencia, aunque menos grave de lo que se esperaba, que dejó al menos dos muertos en la capital egipcia. Una de las víctimas, según Efe falleció asfixiada por los gases lacrimógenos y la otra, de un disparo, aunque Europa Press informaba de dos muertos por herida de bala, un niño de ocho años y un trabajador en la mezquita de Omar Makram.

Un tribunal penal de Port Said, instalado a las afueras de El Cairo por motivos de seguridad, dio a conocer una sentencia que confirma la pena de muerte dictada a finales de enero contra 21 acusados, castiga a cadena perpetua a otros cinco y con distintas penas de prisión a 19 más y absuelve a 28 inculpados.

Dos altos cargos policiales de Port Said, entre ellos el director de la seguridad de la ciudad, Esam Samak, fueron sentenciados a quince años de cárcel, mientras que otros siete oficiales policías eran absueltos.

Al principio parecía que nadie sabía cómo reaccionar, pero esta última parte del fallo indignó a los hinchas radicales del Al-Ahly, que incendiaron el club de Oficiales de la Policía y la Federación Egipcia de Fútbol, en El Cairo.

«Cuando nos enteramos de las 21 condenas a muerte nos sentimos felices, lo celebramos y no escuchamos el resto de la sentencia» sobre las penas menos severas y las absoluciones, admitió a AFP un joven miembro de los «Ultras Ahlawy», como se hacen llamar los hinchas más radicales del Al-Ahly. Al conocer el resto «nos enfadamos mucho», añadió.

Posteriormente, llevaron sus protestas al centro de la capital, donde desde hace semanas manifestantes y fuerzas de seguridad se enfrentan casi a diario.

La mayoría de los aficionados fallecidos el 1 de febrero de 2012 en Port Said eran hinchas del Al-Ahly que quedaron atrapados tras la derrota de su equipo en la ratonera en que se convirtió el estadio al ser atacados por los aficionados del equipo local, Al-Masry, ante la pasividad policial.

La primera sentencia de finales de enero con 21 condenas a muerte desató graves disturbios en Port Said, de donde son los acusados, y ayer se temía una reacción similar, pero los incidentes más graves ocurrieron en El Cairo.

En Port Said, cientos de manifestantes bloquearon el tráfico el ferry que cruza el Canal de Suez para denunciar la confirmación del primer fallo. Los manifestantes quemaron neumáticos y desplegaron una pancarta pidiendo la independencia para Port Said.