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PELOTA Campeonato de Parejas

Se despeja el panorama

Berasaluze VIII-Albisu, que juegan hoy ante Martínez de Irujo-Zabaleta en Eibar, son los únicos rivales por la cuarta plaza para los vigentes campeones tras la agónica victoria ante Ezkurdia-Zubieta de ayer en Etxebarri. Olaizola II-Zabala sellaron su pase en Angelu.

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TITIN III-MERINO II 22
EZKURDIA-ZUBIETA 21

OLAIZOLA II-ZABALA 22
XALA-BARRIOLA 12

Jon ORMAZABAL

Toda la emoción y la tensión que se pudo vivir ayer por la tarde en Etxebarri, con un partido agónico en el que una vez más volvió a haber hasta cierta polémica, quejas a los jueces y algún que otro rifi-rafe entre los pelotaris, es la que se puede echar en falta en las dos últimas jornadas de la primera vuelta del Parejas, después de una 12ª jornada que prácticamente ha despejado el panorama de cara a la clasificación para las semifinales.

Y es que, independientemente de lo que suceda esta tarde en el Astelena eibartarra entre los ya clasificados Martínez de Irujo-Zabaleta y Berasaluze VIII-Albisu, son solo estos últimos los únicos que pueden poner en peligro la clasificación a la siguiente ronda de los vigentes campeones, que ayer obtuvieron una victoria tan trabajada y sufrida como transcendental.

Porque los pocos centímetros que le faltaron al remate de Joseba Ezkurdia con 21-21 en el marcador para no encontrarse con la chapa y comprimir muchísimo la tabla abrieron un abismo por el que se precipitaron sus últimas ilusiones de seguir adelante y arrastraron también las de Xala-Barriola, aunque esta últimas eran más matemáticas que reales, después de la pobre imagen que ofrecieron en su partido ante Olaizola II-Zabala.

También hubo un mundo entre los dos partidos disputados ayer por la tarde casi simultáneamente, con un duelo cerrado, disputado, de esos que se dicen de campeonato en la localidad vizcaina y otro monocolor, con solo una de las parejas dando de lo que de ellos se espera en la costa labortana.

Tensión en Etxebarri

Se esperaba mucho y en los días previos se habló de él como uno de los partidos clave de esta primera fase y el duelo de Etxebarri no defraudó a nadie, ya que tuvo los ingredientes para poner a prueba los corazones de los aficionados de unos y otros, -con la incomprensible singularidad de que fue uno de los pocos que no se pudo ver por televisión en este Parejas-.

A pesar de que los riojanos, con un Titín muy inspirado de inicio, tomaron una renta de 4-0 nada más comenzar el partido, el desarrollo del mismo resultó igualadísimo, con constantes alternativas e igualadas en el marcador, sin que ninguna de las dos parejas consiguiera abrir hueco.

La tensión por la importancia del punto en juego se hizo notar en cada tanto, con hasta peticiones de atxiki -Merino II hizo uno muy claro- por ambas parejas y con Titín arrodillándose hasta por tres veces ante el juez pidiendo que un saque de Ezkurdia al ancho había sido falta.

En los primeros tantos, con los zagueros algo inseguros, fue el acierto de los delanteros el que marcó el devenir de los tantos. Muy valiente, Joseba Ezkurdia estuvo muy acertado, lo que, una vez superado el ecuador, permitió a los azules contar con golosas ventajas según avanzaba el partido.

Sin embargo, los zagueros fueron tomándole la medida al encuentro y este fue endureciéndose y enfangándose, lo que benefició a los riojanos. Con las pulsaciones al máximo, Joseba Ezkurdia perdió la precisión que había tenido hasta entonces y fueron sus propios errores, perdió los dos últimos tantos, los que les privaron de un triunfo transcendental.

Cuestión de determinación

Unos minutos antes, la competición discurrió en el recinto El Hogar de Angelu, una cancha que, como casi todas las de esas latitudes, presenta un suelo pintado muy complicado, de esos que nunca perdona uno de los mayores errores que un deportista profesional puede tener a estos niveles; la duda.

Al margen de otros factores como que Abel Barriola nunca fuera capaz de dominar, sino todo lo contrario, a un Ibai Zabala que gozó mucho la pelota con su derecha, la determinación que Aimar Olaizola demostró y de cuya falta adoleció Xala, fue la gran diferencia entre las dos parejas en Angelu. A pesar de que la clasificación apretaba mucho más a los de Aspe, fiel a su habitual manera de proceder, fue el de Goizueta el que llevó el peso del partido y se pegó un atracón con hasta 14 tantos.

Por contra, las pocas opciones de su pareja pasaban por su activación total de Xala, que ayer mismo fue padre de su primer hijo, pero solo se le vio activo durante los primeros tantos.

El viernes, en Zarautz, Bengoetxea-Beroiz también habían acabado con las aún menores posibilidades de Arretxe II-Begino, a los que dejaron en 15.

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