Carlos Gil Crítico teatral
Querido director
Ante la aparición de un reportaje sobre Eszenika en nuestro periódico y una carta a ti dirigida relacionada sobre el mismo quisiera indicar:
1) Que hablé con un redactor de este periódico por teléfono durante un buen rato con un monotema: Eszenika, entendiendo que se trataba de una conversación entre compañeros ya que él debía hacer un reportaje sobre el asunto mencionado.
2) Que no me enteré de que había salido dicho reportaje hasta varios días después de su publicación y que cuando lo vi quedé muy sorprendido porque se me mencionaba como fuente entrevistada, lo que sentí como un abuso de confianza.
3) Que en términos generales estaba de acuerdo con el espíritu que traslucía lo que se suponía que yo había declarado, sin coincidir literalmente ya que todo necesita mucha más matización, menos en lo referido a la labor en este proceso de Santiago Burutxaga, ya que conozco desde hace años el estudio que realizó de manera pormenorizada, con comparaciones legislativas y programáticas sobre las Escuelas de Arte Dramático.
4) Que no me reconozco en absoluto con lo de «dietas y sueldillos», especialmente dirigido al mencionado Santiago Burutxaga, ya que no sé si su dedicación exhaustiva al proyecto estaba remunerada o no, pero que en cualquier caso es perfectamente legítimo que se cobre por los servicios prestados a una administración pública, como lo es que cualquiera que apoyase el proyecto tuviera como objetivo final emplearse en el mismo.
5) Que aseguro que yo no he decidido, ni aconsejado, ni influido en nadie para que no se lleve adelante Eszenika. Fui convocado a una sesión informativa y di mis opiniones con plena libertad y voluntad de colaboración crítica. Mi postura sobre su idoneidad, no viene al caso.
6) Quizás sepa algo más de ello el propio Santiago Burutxaga y, sobre todo, Pello Gutierrez, que era nada menos que asesor, él sí que me imagino, con sueldazo y dietas, del gobierno PSOE-PP presidido por Patxi López.
7) Que con la facilidad que tengo para meterme en líos, no me divierte nada estar metido en uno que me ha venido rebotado, y al que se han apuntado los oportunistas de siempre.
8) Que doy por zanjado este asunto por mi parte, pese a los insultos y veladas amenazas que recibo de unos pocos que se sienten muy afectados.
9) Que si se hace alguna vez esa necesaria Escuela, me comprometo a apoyar la iniciativa de darle el nombre de Santiago Burutxaga, ya que parece ser el único que ha trabajado en esa idea de elevar el rango de la educación en las Artes Escénicas en Euskal Herria en los últimos cuarenta años. Me siento muy orgulloso de lo que hace cotidianamente este diario por el bien de la cultura y sobre todo en lo que concierne a las Artes Escénicas de lo que se me ha permitido a mi hacer a lo largo de los 31 años que este mes de marzo se cumplen desde la primera crítica que publiqué en «Egin».
Sin más, gracias por permitirme dar públicamente estas explicaciones.