El festival de la semana pasada, que colocaba al Ibex a menos de 100 puntos de su máximo anual, dio paso ayer a una toma de beneficios moderada. Este lógico movimiento tras las subidas anteriores tenía un buen apoyo en el castigo de Fitch a la deuda italiana, que cae al nivel «BBB+» por la incertidumbre política generada con el resultado electoral. Así, su prima de riesgo se aproximaba a la del Estado español, que parecía acomodarse en el entorno de los 320 puntos. Del mismo modo, la rentabilidad del bono a diez años se movía por debajo del 4,8%. Pero esta llamada a la precaución de la agencia de ráting tenía un contrapunto en la marcha de Wall Street, donde el Dow Jones, tras una leve bajada inicial, retomaba las ganancias camino de un nuevo récord. Por su parte, el S&P 500 luchaba ayer por alcanzar también un nuevo máximo histórico. Por tanto, el panorama apenas variaba respecto a la semana anterior y el Ibex, que pudo retener los 8.500 puntos, consolida su posición. Hoy saldrá desde los 8.554,40 puntos, tras restar un 0,85%. Las caídas de París (-0,10%) y Fráncfort (-0,03%) fueron inferiores, mientras que Londres (+0,31%) acabó en positivo. El FTSE 100 superaba los 6.500 puntos por vez primera desde 2008. Por valores del Ibex, destacaron las subidas de Bankinter (+3,35%) y Viscofan (+1,43%). Ninguno de los pesos pesados acabó con ganancias. Entre ellos, los peores fueron Repsol, Iberdrola, Santander e Inditex, que bajaron más de un 1%. Los más castigados del día fueron Acciona (-2,91%) y Enagás (-2,76%). En París, EADS y Axa, que se anotaron más de un 1%, fueron los mejores.