La Real ha sumado catorce puntos en los últimos seis partidos que ha jugado de inicio con la pareja de pivotes formada por Markel e Illarramendi, una de las elecciones que más se ha criticado a Montanier durante toda la temporada por el deseo de ver a Pardo en el once inicial.

Esos catorce puntos alcanzan un mayor valor si se tiene en cuenta que las cuatro victorias fueron sumadas ante el Barcelona, en La Romareda, en San Mamés y en el Calderón. La Real solo ha empatado en las últimas jornadas con esta pareja en Vigo y ante el Levante en un encuentro en el que Pardo sustituyó a Markel en el minuto 63 para buscar con su calidad y talento líneas de pase donde no había espacios para dibujarlas.

Ese partido ha sido uno de los únicos dos en los que el elgoibartarra ha sido cambiado. El otro fue cuando se lesionó contra el Espanyol y Montanier decidió dar entrada a Javi Ros en lugar de a Pardo. A los cuatro minutos de realizar el cambio el cuadro que entonces dirigía Pochettino logró el gol de la victoria y en ese momento se pidió con más fuerza que nunca en Anoeta la dimisión del técnico.

El fin de semana siguiente, con las bajas de Markel, Elustondo y Zurutuza, Montanier alineó juntos en Málaga a Illarramendi y Pardo y ha repetido este doble pivote ante Rayo, Valencia, Getafe, Sevilla, Deportivo y Mallorca. Siete partidos, cinco en casa y dos fuera, saldados con cinco victorias y dos empates. Eso provocó que la elección de esta pareja -y la titularidad de Ifrán- fueran consideradas las dos claves de la reacción realista y se justificara en la titularidad de Markel la mala racha del inicio de temporada.

Rápida vuelta al once

Sin embargo, Montanier no se dejó guiar por esa sensación externa y en cuanto el elgoibartarra se recuperó de su racha de problemas físicos, lo alineó de entrada ante el Barça y desde entonces solo dejó de jugar ante el Mallorca por sanción.

El técnico normando ha alineado juntos a Markel e Illarramendi en los dieciséis encuentros en los que han estado en plenas condiciones. El elgoibartarra solo se ha sentado en el banquillo en los dos partidos en los que volvió a las convocatorias tras estar de baja por lesión. El mutrikuarra solo dejó de jugar en el Bernabéu, donde estuvo convocado, pero no fue alineado por una gastroenteritis.

En el fútbol todo se puede debatir y es una pena que un jugador de la calidad de Pardo no haya jugado todavía más. Pero los últimos seis partidos, cuatro fuera de casa, han venido a demostrar que el entrenador no comete ninguna barbaridad por esta elección. Y tampoco es verdad que Illarra juegue mejor de medio centro defensivo. Un jugador de su talento y calidad agradece tener al lado alguien que haga el trabajo sucio.