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Juanjo Basterra Periodista

Marea social contra los «caudillos» del neoliberalismo

Hace unos días ha vuelto a salir la lista de los más ricos del mundo de «Forbes». Son los «caudillos» del neoliberalismo más feroz. Lejos de sentir la crisis en sus carnes, en 2012 han elevado sus fortunas. Cuanto más se empobrece la población, ellos siguen aumentando su patrimonio financiero. En un año ese colectivo de personas que cuentan con unas fortunas por encima de 1.000 millones, ha aumentado sus efectivos en 200 ricachones, y su patrimonio ha aumentado un 17%. No es de extrañar que uno de estos millonarios, Warren Buffett, presidente de Berkshire Hathaway entre otras compañías, dijera que: «hay una guerra de clases que se esta librando desde hace 20 años, y mi clase ha ganado».

Sin embargo, las calles de Bilbo se inundaron este sábado para contradecir a Buffett con una marea social que cree que es necesario cambiar el modelo económico y social, porque por la vía actual no nos queda más futuro que la miseria y la esclavitud moderna.

Quienes nos gobiernan han decidido beneficiar a los ricachones. Hace tiempo que están aliados con la elite económica y cada vez se nota más, aunque traten de engañarnos. Porque aceptan los planteamientos para reducir los salarios, elevar la jornada laboral y recortar las prestaciones y los presupuestos que deben garantizar la supervivencia de quienes están en la pobreza, sin trabajo.

Todos estos quedaron desenmascarados en las calles de Bilbo, pero ese debe ser el inicio de una lucha sostenida en el tiempo frente al capital y sus siervos, porque estos días atrás nos han alterado de nuevo con una nueva vuelta de tuerca en las pensiones. El objetivo es claro: inventarse un escenario en el que nos están diciendo que el sistema actual de pensiones no tiene futuro. Es mentira. Tiene futuro, lo que ocurre es que lo están barrenando. Unos, los bancos y fondos privados de pensiones, ven que es una fuente de negocio inmensa. Otros, los sindicatos de ámbito estatal y los políticos que aceptan los postulados de la elite económica, se olvidan de que para que sea sostenible no sólo debe ser pagada con las prestaciones sociales de los trabajadores, sino con otros ingresos. Pero siempre tiene que haber trabajo remunerado y digno.

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