Karioti Yaber participó en el congreso fundacional de Sortu en representación del Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP), una de las organizaciones históricas que conforman la atomizada izquierda palestina junto a, entre otros, el Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP). Estuvo presente tanto en la mesa redonda sobre diferentes conflictos políticos que tuvo lugar en Baluarte como en el acto público que se celebró al día siguiente en el pabellón Anaitasuna. Yaber valoraba muy positivamente la invitación recibida para participar en el congreso fundacional de Sortu y subrayaba la importancia de haber acudido a Euskal Herria para una cita de esas características.

Palestina, desgraciadamente, sigue viviendo una situación dramática. La apuesta por una solución negociada por lo que optó la dirigencia de la Autoridad Palestina se ha dado de bruces con la cerrazón israelí, que se niega a asumir el más mínimo avance.

Hemos visto el fracaso del proceso iniciado en las conversaciones de Oslo, que lleva ya casi 20 años. Todas las negociaciones siguen fracasando. Una tras otra, una tras otra. Por eso, el FDLP reclama, en primer lugar, la unidad de todos los movimientos palestinos. Es necesario que se unan Al-Fatah, Hamas, FPLP y otros grupos. ¿Por qué hablamos de unidad? Porque es el único camino para alcanzar los objetivos más importantes de nuestra causa. En primer lugar, está el objetivo de crear un Estado palestino independiente en los territorios del 4 de junio [de 1967, es decir, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este], cuya capital sea Jerusalén. Junto a ello, no podemos olvidar el derecho al retorno de los refugiados, tal y como establece la resolución 194 de la ONU.

Estos son nuestros objetivos. Si los palestinos no conseguimos esas dos reclamaciones básicas, las negociaciones van a seguir en el mismo camino hacia el fracaso.

A la hora de hacer un balance del proceso iniciado en Oslo, no se puede obviar que ha habido una continua cesión de derechos históricos por parte de la Autoridad Palestina que no se ha visto correspondida por Israel, que continúa, por ejemplo, con la colonización ilegal.

Efectivamente. Recientemente, 138 países han reconocido a Palestina como miembro observador dentro de Naciones Unidas. Para nosotros, es un triunfo. Pero no es más que el inicio del camino.

En el contexto del mundo árabe, se han registrado las llamadas «primaveras árabes», que han generado un ascenso del movimiento islamista. Desde un punto de vista de izquierdas o socialista, es importante recordar que comenzaron con reivindicaciones de derechos sociales que, en un contexto como el palestino, corren el riesgo de quedar en un segundo plano.

Como usted conoce, la izquierda, y el FDLP es una formación de izquierda, siempre reclamamos la justicia social. Sabemos que en el mundo árabe, los movimientos islamistas -tanto en Túnez como en Libia y Egipto- han tenido un auge importante, pero intentamos que vayan hacia la democracia y no que sean estados puramente islamistas.

A nivel internacional, el movimiento por el boicot a Israel ha recibido un gran impulso en numerosos países, respondiendo al llamamiento realizado desde colectivos populares palestinos. ¿Cómo valora esta iniciativa? ¿Es una manera de que la comunidad internacional no olvide la lucha del pueblo palestino?

Es una manera de aportar algo a nivel internacional. Se puede hacer a través del boicot y muchísimas otras vías y movimientos. Pero el objetivo principal es llegar a Naciones Unidas para iniciar el diálogo bajo el amparo internacional. Es preciso la implicación de todos los países, desde Estados Unidos a Rusia y China. Es necesario que se consiga el reconocimiento del Estado de Palestina. Ese es el objetivo más importante.