Javi Salgado disputaba ayer su partido 300 en la Liga ACB, y lo hizo liderando el triunfo de Lagun Aro GBC ante un UCAM Murcia que puso las cosas muy difíciles a partir del segundo cuarto, con diversas «trampas» zonales muy peligrosos.

Pero el de Santutxu, que al final del tercer cuarto sumaba 5 puntos y una carta de tiro de 1 de 7 -2 de 4 en tiros libres-, se echó el cuadro donostiarra a la espalda para, sumando 16 tantos -3 de 5 en tiros de campo y 7 de 7 desde la «distancia de la caridad»- y 18 de valoración en los diez últimos minutos, elevar el 86-78 final, con el mérito añadido de que dio ese paso adelante después de que Qyntel Woods se lesionara el tobillo.

Les costó a los donostiarras quitarse el gorro de dormir, y para entonces el UCAM Murcia ya ganaba por 2-9, con Gatens como ejecutor. Sin embargo, lograron voltear el luminoso con un parcial de 14-0, gracias ante todo a ponerse a defender duro y salir en transición.

De hecho, para cuando se terminó el primer cuarto, los de Sito Alonso ya ganaban por 15 puntos de ventaja, 28-13, tras un parcial de 26-4, con canastas como un alley oop culminado por Ibekwe de forma espectacular, seguido con un robo y un «costa a costa» que el mismo jugador terminó con un matazo. Para terminar la fiesta, Paunic cerraba el cuarto con un triple sobre la bocina. Y la sangría sería mayor de haber estado los locales atinados en los tiros libres.

Pero la fiesta cambió de color cuando los reservas murcianos hicieron acto de presencia. Entre Tillie, Franch y Berni Rodríguez, los de Óscar Quintana -que tampoco faltó a su cita de ver una técnica a domicilio- endosaron un parcial de 2-13, algo que obligó a Sito Alonso a pedir tiempo muerto.

La combinación de «zona press» 1-2-1-1 y una zona 2-3 complicaba la circulación donostiarra, ya que provocaba pérdidas o malos ataques. Los murcianos volvían a la pelea con los triples de Gatens y las penetraciones de Berni Rodríguez, y una canasta de Tillie adelantaba a los pimentoneros 33-34, después de un parcial de 5-21.

Un último mal ataque local, parado por los visitantes en una posible falta sobre Paunic, certificó las malas sensaciones crecientes, dejando el marcador con empate a 38, después del 10-25 adverso del segundo período.

Reaccionando a la adversidad

Al regreso de los vestuarios, una zona 3-2 de los murcianos complicó aún más el ataque donostiarra, sobre todo cuando lo dirigía Raulzinho Neto. Mientras, Ragland, con 12 puntos en el tercer cuarto, sacaba bellas canastas de su chistera.

A golpe de triple, con mención especial para Papamakarios -19 puntos-, Gipuzkoa Basket se mantenía a la estela, llegando al inicio del último cuarto 53-57. La peor noticia, empero, era la lesión de Woods, que se hacía daño en la última jugada del tercer período.

Fue entonces cuando Salgado pidió su turno. El de Santutxu dirigía y la ventaja volvía al bando local tras un triple de Papamakarios y un «dos más uno» del propio Salgado. Doblas y otra vez Papamakarios elevaban el 69-63 al marcador.

Con la zona rival abierta, los interiores pidieron la vez. Rubio estiró la ventaja a ocho tantos, y Doblas a diez: 77-67. Franch y Ragland, hicieron un último intento, pero ahí estaba Javi Salgado para cerrar el partido con los tiros libres. El vizcaino puso su sello de garantía.