Esta semana sucedió un nuevo capítulo que volvió a confirmar que alrededor del mundo del fútbol hay un buen número de gente que vive muy bien sin dar un palo al agua.

Independientemente de que Apelación desoyera por enésima vez un recurso de Osasuna -en esta ocasión a cuenta de una expulsión más que discutible de Silva y su correspondiente castigo-, la redacción del escrito de dicho organismo dejaba bien a las claras que quienes forman parte de este comité, de quienes no se conoce oficio pero seguro que sí disfrutan de beneficio, gastan las mínimas energías para confeccionar folio y medio.

No se puede entender sino con un «corta y pega» de algún recurso anterior de otro club el que se confundiesen tan gravemente en la contestación a la entidad rojilla. Desde luego, una falta de profesionalidad sin justificación.