El maltrato a presos iraquíes pone en cuestión a Ejército y prensa españoles
Un vídeo difundido por el diario «El País» ha levantado la polémica por la actuación del Ejército español en Irak, cuando se va a cumplir el décimo aniversario de la invasión. En la grabación se observa a varios soldados españoles pateando a dos detenidos en la base de Diwaniya. Pero además, su difusión ha supuesto que el propio periódico haya sido acusado de ocultar o minimizar abusos de las tropas españolas.
GARA | MADRID
A dos días del vigésimo aniversario de la invasión de Irak liderada por EEUU y Gran Bretaña y acompañada por el Estado español, un vídeo hecho público ayer por el diario «El País» ha vuelto a poner en cuestión la intervención de las tropas españolas en la guerra en Irak.
El vídeo, de 40 segundos de duración y grabado a finales de 2004, muestra a cinco soldados españoles en una celda, donde dan patadas a dos detenidos en la base de Diwaniya, lugar en el que se encontraba la base del Ejército español. La grabación concluye con la frase «¡Jo! A este se lo han cargado ya», pronunciada por uno de los soldados.
El diario cuestiona el objetivo humanitario que el entonces Gobierno de José María Aznar divulgó para justificar la intervención española y levantó ayer una polémica en el Estado español, donde IU, Equo y el PSOE exigieron que se investiguen los hechos, aunque la secretaria de Política Social de este último, Trinidad Jiménez, consideró que se trataba de «un hecho aislado». El Ministerio de Defensa afirmó que «lo primero» es determinar si las imágenes «son reales» y, si lo fueran, «por supuesto que se adoptarán las medidas oportunas».
Ocultar abusos
Pero además, las críticas llegaron también hacia el propio diario «El País». El periodista y fotógrafo Gervasio Sánchez, que ha cubierto numerosos conflictos internacionales y que actualmente trabaja para «El Heraldo de Aragón», asegura que los abusos mostrados en el vídeo se conocían hace años y que el propio periódico que los publicó ocultó la información.
Sánchez acusa al CNI y a los diversos ministros de Defensa, tanto del PP como del PSOE, de haber ignorado estos hechos. Y a «El País» de haber presentado versiones «edulcoradas» para salvar la cara al CNI. Entre las denuncias que el propio Sánchez formuló en su día, destaca la del traductor Flayeh al Mayali, arrestado enntre el 22 y el 27 de marzo de 2004 por el CNI que denunció haber sido golpeado, obligado a pasar horas de pie de cara a la pared en el interrogatorio y dormir en el suelo en la misma base de Dirwaniya.
En un artículo firmado el 22 de marzo de 2009, titulado «Nuestro Guantánamo Particular», Sánchez ya lo denunció y acusó al CNI de «buscar un chivo expiatorio que tapone los errores cometidos por este organismo en Irak tras la caída de Sadam Hussein, cuyo resultado más tangible es el asesinato de siete agentes secretos el 29 de noviembre de 2003 en Latifiya».
Al Mayali pasó once meses en los penales de Abu Graib y Um Qasar y fue liberado sin cargos. Desde el Estado español jueces, gobiernos y militares obstaculizaron cualquier investigación, según Sánchez.
Al menos nueve personas fallecieron ayer por la explosión de un coche bomba en una terminal de autobuses de y cerca del mercad Garmat Alí, en Basora, en el sur de Irak. Poco después en la plaza de Saad, en el centro de la ciudad estalló otro coche bomba y dejó cuatro heridos.
La organización Estado Islámico de Irak, vinculada a Al Qaeda, se responsabilizó ayer del asalto al Ministerio de Justicia perpetrado el jueves pasado en Bagdad, que causó decenas de muertos y de heridos.
Al menos 112.000 civiles han muerto en combates y ataques en Irak desde la invasión liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña en marzo de 2003, según un balance publicado ayer por al ONG Iraq Body Count, con sede en Gran Bretaña. En su recuento Iraq Body Count, estima que entre 112.017 y 122.438 civiles han muerto en 31.500 ataques perpetrados durante diez años. Además 135.089 han resultado heridos en esta década. Si se incluye a los combatientes muertos, tanto soldados como insurgentes, la cifra se eleva a 174.000 víctimas mortales.
El conflicto religioso en el que el país se hundió en el periodo 2006-2008 es con mucho el más sangriento. En febrero de 2006, un atentado contra un mausoleo chií en Samarra, al norte de Bagdad, marcó el inicio de las hostilidades de una violencia inédita, enfrentando a milicias chiíes y suníes por un lado y a las fuerzas de ocupación extranjeras por otro. Aquel año murieron 31.418 civiles en los ataques yen 2007 fueron 20.930 víctimas, según Iraq Body Count.
Pero diez años después de la invasión, lejos de haber conseguido un país seguro y en paz, Irak continúa enlutado diariamente por atentados. «El conflicto no ha terminado todavía», constata Irak Body Count. «Todavía es omnipresente y generalizado. Se conoce la fecha de su comienzo pero su fin no se alcanza a ver», añade.
Actualmente, entre 4.000 y 5.000 personas mueren cada año víctimas de estos ataques, precisa la ONG.
Las últimas que se sumaron a la siniestra lista fueron las diez personas que murieron ayer mismo al estallar un coche bomba en un mercado de un barrio chií de la ciudad de Basora, al sur de Bagdad. GARA