Chipre, fundados temores de un efecto contagio
A diferencia de los cuatro rescates anteriores, plagados de tecnicismos y de conceptos como la reestructuración de la deuda o la consolidación fiscal, la propuesta de la Troika para Chipre tiene una diferencia que cualquiera puede entender. Basta con imaginar un día cualquiera donde uno se despierta y observa como sus ahorros han sido esquilmados. Eufemísticamente hablarán de un nuevo tipo de rescate, obligado por la excepcionalidad de la grave situación, pero el común de los mortales entiende que se trata, pura y simplemente, de un robo a plena luz del día, una apropiación de los ahorros de clases medias y trabajadoras con premeditación y alevosía.
Como era previsible, el Parlamento ha rechazado esa propuesta. Ningún parlamentario votó a favor. Ahora está por ver cuál será la respuesta de una Troika que sabe que su propuesta ha sentado precedente y puede tener un efecto contagio. Y que a pesar de sus promesas, no puede garantizar ya que otros ciudadanos no puedan ver un día sus ahorros saqueados. Hay motivos para la preocupación. La receta de la Troika para Chipre no es una excepción y puede funcionar como regla para futuros escenarios de agravamiento de la crisis. La confianza ha saltado por los aires en la considerada isla Caimán europea, y todos saben que una vez perdida, la credibilidad es muy difícil de recuperarla.