El ministro de Información del Gobierno de Damasco, Omrane al-Zohbi, calificó de «escalada peligrosa el lanzamiento de un proyectil que contenía productos químicos desde Kfaer Dael, en la región e Nairab (este de Alepo), hacia la región de Jan al-Assal (oeste de la capital económica siria)» .

En una comparecencia en televisión, en portavoz del Ejecutio arremetió contra la Liga Árabe, la llamada comunidad internacional y los estados que arman, financian y protegen a los rebeldes, con mención especial al Gobierno turco y a Qatar tras «este crimen perpetrado por los terroristas, que han utilizado un arma prohibida por la legalidad internacional».

Es la primera vez que el régimen de Al-Assad lanza una acusación de este tipo contra los rebeldes, en su argot «terroristas».

La televisión pública, que ofreció un balance de 25 muertos, mostró ambulancias transportando a heridos, que testificaban que «fueron los terro- ristas los que lanzaron un arma química».

«Huele como a podrido y cuando respiras te caes al suelo. A las siete de la mañana tiraron un misil. Niños, mujeres y hombres han muerto», narró un hombre con la frente vendada.

«¿Esta es la libertad que propugnan, lanzar gases tóxicos y armas químicas sobre la población?», preguntó.

Un médico protegido por una máscara en un hospital de Alepo que trataba a los heridos explicó que «los productos tóxicos provocan vómitos y una pérdida de consciencia».

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) confirmó que un misil tierra-tierra alcanzó una posición militar en la localidad de Jan al-Assal dejando un saldo de 16 soldados y 10 civiles muertos, aunque añadió que no estaba en condiciones de decir «si ese misil contenía material químico».

Los rebeldes desmienten

Los rebeldes del Ejército Sirio Libre se apresuraron en desmentir estas informaciones e imputaron la responsabilidad del ataque al régimen. «Sabemos que el Ejército ha alcanzado Jan al-Assad con un misil y las informaciones iniciales indican que podía llevar armas químicas. Hay muchas víctimas y muchos heridos tienen problemas de respiración», aseguró un portavoz de los rebeldes, Luai Moqdad. «Nosotros no tenemos ni misiles de largo alcance ni armas químicas», insistió.

Rusia hizo suya la denuncia de Damasco. Londres advirtió de que de ser cierto «merecería una respuesta de la comunidad internacional y nos obligaría a revistar el enfoque que hemos mantenido hasta el momento». Washington aseguró no tener evidencias pero en todo caso negó credibilidad al régimen.

Hasta ahora, Occidente ha advertido a Damasco contra el uso de su arsenal químico aunque muchas voces han mostrado su temor a que armas de este tipo pudieran caer en manos de la rebelión armada, sobre todo de sus facciones yihadistas.