El presidente Obama llega a Oriente Medio con intención «de escuchar»
GARA | TEL AVIV
Cuatro años después de su discurso en El Cairo, es un presidente Obama con las ambiciones reevaluadas a la baja quien vuelve a Oriente Medio, donde, según dijo, tiene intención de escuchar más que de anunciar grandes planes.
Barack Obama inicia hoy su primer viaje oficial al extranjero en su segundo mandato con una visita a Israel, aliado de EEUU pero a donde no ha viajado nunca como presidente electo. Lo hizo en 2008 tras su primera victoria electoral pero cuando aún no había sido investido. Esta ausencia fue utilizada por la oposición republicana como crítica durante la campaña electoral de 2012.
En 2009 pronunció un discurso de vocación histórica en la Universidad de Al-Azhar en El Cairo en la que propuso «un nuevo comienzo» en las relaciones entre EEUU y el mundo musulmán tras el 11-S y la invasión de Irak. El estallido de la Primavera Árabe en 2011, que ha supuesto todo un reposicionamiento geoestratégico en la región, acabó con las expectativas creadas.
Y es que, más allá de sus desavenencias con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el balance de Obama en el conflicto palestino-israelí no puede ser más pobre.
Según los medios estadounidenses, Obama habría informado en privado al lobby judío que las condiciones para relanzar el «proceso de paz» no existen «mientras israelíes y palestinos no estén ellos mismos dispuestos».
No faltan analistas, como el exjefe de la diplomacia jordana Marwan Moasher, que acusan a Obama de haber «desperdiciado tres años tras su discurso de El Cairo».
En Washington, le disculpan porque tras las revueltas árabes «hay muchas fuerzas en movimiento y tendencias que EEUU no pueden controlar», en palabras de Haim Malka, del grupo CSIS de Washington.
La agenda de Obama, más propia de un turista, muestra el actual estado de la cuestión.