Mikel INSAUSTI

En el cine, como en cualquier profesión artística, tiene que haber de todo. Están los finos estilistas y luego los que prefieren el trazo grueso y la brocha gorda. Lee Daniels es un cineasta conscientemente vulgar, que fue productor antes que realizador, y eso se nota mucho en sus películas, siempre proclives a una comercialidad heredada de la vieja mentalidad blacxploitation. El director de la oscarizada «Precious» no se conforma ya con llegar solo al público afroamericano, aunque su forma de trabajar no difiera mucho de los tiempos en que cada género tenía sus seguidores.

En «The Paperboy», Lee Daniels intenta conseguir una confluencia genérica a la búsqueda de un espectro más amplio de espectadores, lo que le lleva a una narrativa dispersa e indefinida. Toca el melodrama sureño, el thriller criminal, el drama judicial, el pastiche erótico, el terror con asesino en serie, la denuncia racial... Son demasiadas teclas para un piano que no termina de sonar afinado.

Por otro lado, los repartos de las películas de Lee Daniels siempre son muy llamativos y arriesgados, con lo que el resultado interpretativo suele ser más bien irregular, con sus aciertos y fallos. En «The Paperboy», sus actores y actrices se fueron de vacío del Festival de Cannes, por mucho que la tórrida escena entre Nicole Kidman y John Cusack fuera lo más comentado. Es un momento de tensión sexual, rodado sin ningún temor a caer en el ridículo. No me preocupa lo que pueda tener de incongruente, sino que fuerza el histrionismo de unas caracterizaciones salidas de madre ya durante el resto del metraje. Recargan demasiado la ya de por sí pegajosa atmósfera, con cuerpos sudorosos en medio de la pantanosa Florida infestada de cocodrilos. Todo ello conectado con una ambientación histórica de finales de los años 60 envuelta en los disturbios raciales, por lo que se ha dicho que «The Paperboy» es un cruce entre «En el calor de la noche» y «Fuego en el cuerpo».

Añade todavía más morbo a la valoración el saber que Almodóvar tuvo este proyecto en mente, antes de abandonar la idea de dar el salto a Hollywood.