Crónica | Visita a las obras de Euskotren
La llegada del Topo a Altza cumple sus primeros pasos
Una pequeña imagen de Santa Bárbara, patrona de mineros y en general de quienes manejan explosivos, preside la parte superior del arco de entrada a la galería desde la que han comenzado las obras. Unos trabajos que culminarán aproximadamente dentro de cuatro años con la llegada del Topo a lo alto del barrio de Altza.
Imanol INTZIARTE
La consejera Ana Oregi visitó ayer el lugar, en la subida desde Herrera y poco antes de el cruce de Oleta, acompañada de responsables de Eusko Trenbide Sarea (ETS) y de las empresas que están ejecutando el proyecto. Los trabajos arrancaron a finales de noviembre y ya se han taladrado los 45 metros de «galería de ataque» que darán acceso al túnel de línea.
Desde ese punto, las máquinas tendrán que empalmar por un lado con la recién estrenada estación de Herrera y por el otro perforarán hasta la calle Félix Iranzo, donde se situará, a cincuenta metros de profundidad, la parada de Altza. Esta contará con dos bocas de salida, una en el paseo de Larratxo -junto al ambulatorio- y otra en la calle Santa Bárbara.
El tramo, que cuenta con una longitud de 1.040 metros y un presupuesto de 34,5 millones, ofrecerá un mejor servicio ferroviario a los 21.500 habitantes de Altza. En el futuro, cuando la situación económica lo permita, se prevé que este ramal continúe hacia Errenteria y conecte con el trazado actual a la altura de Galtzaraborda.
Tras observar el estado de las obras y comprobar de primera mano cómo una rozadora «se come» el interior del terreno, la responsable autonómica de Medio Ambiente y Política Territorial aseveró que este proyecto es una de las prioridades de su departamento, en respuesta a los dimes y diretes sobre la actitud inversora de Lakua respecto a Donostia y Gipuzkoa.
La consejera apostó por «pasar por encima de disputas y de a veces forzadas riñas territoriales», y defendió que su Gobierno está llevando a cabo «un ejercicio de pragmatismo y realismo, de mirar hacia adelante con los pies en suelo, porque con los pies de barro no vamos a ningún sitio».
Incluso se permitió pasar al contraataque al recordar que este ramal se está llevando a cabo en colaboración con el Ayuntamiento, contraponiéndolo, sin citarlo, con el proyecto de pasante por el centro de la capital impulsado por el anterior Ejecutivo autonómico y que ya ha sido aparcado en un cajón.
Fondo de saco
Al respecto, matizó que están analizando otra posible solución para «el fondo de saco» que supone actualmente la estación de la plaza Easo, ya que el proyecto del PSE era «imposible». «Sin ningún tipo de colaboración o concertación ni económica, ni de acuerdos en cuanto a aceptación de la propia obra, sin ningún tipo de autorización, ni permisos, ni de suelos ni de Costas», enumeró.
Detenido dicho proyecto, el debate vuelve a cobrar vida. De hecho, la Casa de Cultura Okendo de Donostia acogerá este lunes una mesa redonda titulada «¿Metro de Donostialdea? La oportunidad del debate».
La cita será a las 19.00 y tomarán parte Ander Gortazar -arquitecto-, Unai Erroitzenea -director de Movilidad y de Transporte Público de la Diputación-, Oskar Bordes -del comité permanente de EuskoTren, Iosu Urrexola -asociación Altza XXI- y Mikel Álvarez -grupo contra el TAV de Donostia-.
Oregi también fue preguntada si aboga por el tradicional y popular nombre de Topo o si prefiere la novedosa denominación de Metro, impulsada por el PSE. «Cada uno como quiera, es la red de Euskotren, pero yo toda la vida lo he llamado Topo y seguiré así», sentenció.
La cuestión no pasaría de anécdota si no fuera porque el anterior Ejecutivo se gastó más de 1,5 millones en nuevos rótulos, cartelería, página web... con el anagrama de Metro Donostialdea.