Por qué se desprograman los electrodomésticos esenciales? No hay respuesta, porque podemos admitir la obsolescencia programada, pero la desprogramación diseñada, escapa a nuestras capacidades actuales para entender el intrincado mundo de los mandos a distancia, las posibilidades de los aparatos, la impericia y la desazón. Entonces, ¿por qué se desprograman todos los televisores de un hotel y deben ir los técnicos habitación por habitación para colocar los canales en su lugar adecuado? No hay respuesta. Si las circunstancias intangibles te dejan con una opción de ETB, todos los canales en lengua inglesa, coreana o francesa, y solamente puedes ver Tele Sur, pero no el canal andaluz, sino el venezolano, entonces haces un máster sobre comunicación internacional sin apenas tener tiempo para la exclamación.

Claro, sí, obviamente, es un canal chavista. ¿Y qué? Pero en una sesión matinal, además de conocer algunos de los entresijos de la campaña electoral venezolana, tan crispada, de ver como canonizan a Hugo Chávez, como sigue siendo el máximo cartel electoral, su vocación latinoamericana es incuestionable y conoces noticias importantes, trascendentes, de México, Bolivia, Brasil o Chile. Y digo, para que conste, que no me refiero a la información futbolística, que también, sino a noticias de calado político, social o económico, que nuestras televisiones ni las huelen. Y no solamente de Latinoamérica, sino que atienden a Asia y, por supuesto, a Europa, y desde luego a EE.UU. pero con otro enfoque, con otra mirada. Dando otra visión.

Y entonces, ¿qué quiere usted decir con esta obviedad? Pues que tengo un debate interno, porque me ha parecido un canal demasiado tendencioso, pero inmediatamente, se me ha compensado la bilirrubina, al recordar que alrededor de este canal, han estado decenas de canales, veinticuatro horas sobre veinticuatro hablando de Francisco. Y eso sí que es ideología, culto a la personalidad, manipulación informativa y todo eso que unos achacan al canal venezolano. Entonces, que viva la pluralidad. Y debemos luchar por ella, porque en nuestra TDT la uniformidad ideológica es tan grande que parece un colapso totalizador.