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FÓRMULA UNO Gran Premio de Malasia

Agridulce victoria para Red Bull

Vettel se alza con el triunfo contradiciendo las órdenes de su escudería al adelantar en la vuelta 46º a su compañero Webber, quien realizó una gran salida. La agresiva conducción de Alonso esta vez le jugó una mala pasada al tener que retirarse en el segundo giro.

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Natxo MATXIN

Apenas disputados dos grandes premios, esta nueva temporada del circo de la Fórmula Uno promete. Y mucho, sobre todo para el que le vaya la salsa de las luchas intestinas, puñaladas deportivas por la espalda y demás trajines entre pilotos. Por lo que se pudo ver ayer, Red Bull, la escudería que lo ha ganado todo en los últimos años, va camino de reeditar el 2007 de Alonso y Hamilton en McLaren.

Desoyendo las órdenes de su equipo, el actual tricampeón mundial, Sebastian Vettel, tomó la egoísta decisión de adelantar a su compañero de escudería, Mark Webber, en la vuelta 46. La maniobra le pudo costar cara a la firma austríaca, tanto por lo arriesgado del adelantamiento del alemán -a punto estuvieron de tocarse las ruedas de ambos monoplazas-, como por el desgaste extra de unos neumáticos que siempre llegan muy justos al último tramo de las carreras.

A quien sí le supuso olvidarse de su décimo triunfo en un gran premio fue a Webber, merecedor de la victoria de principio a fin, en una jornada en la que, a buen seguro, los teóricos segundones -al aussie habría que sumarle también a Nico Rosberg- se ganaron muchos puntos entre los aficionados. Con un indisimulado cabreo sobre el podio, el piloto australiano, que acaba contrato este año con Red Bull, no tuvo pelos en la lengua para censurar la actitud del germano.

Antes de todo ello, la salida del circuito de Sepang fue como el mundo al revés. Los especialistas, por esta vez, se vieron perjudicados por su agresiva conducción y los más conservadores salieron airosos. Fernando Alonso encarnó a la perfección a los primeros, saliendo con su habitual combatividad, pero sin medirla adecuadamente, hasta el punto de rozar por detrás a Vettel, dejar su alerón delantero seriamente dañado y comprobar cómo a la segunda vuelta se desprendía y era atropellado por su monoplaza hasta dar con el vehículo en la gravilla. Un favorito quedaba descartado a las primeras de cambio. Por contra, el tradicional precavido Webber dejó en esta ocasión sus miedos en boxes para superar a todos y ponerse en cabeza en la novena vuelta.

Rosberg también mereció más

Jugando con los diferentes tipos de gomas en función de un circuito encharcado en algunas curvas pero que, poco a poco, se fue secando, y midiendo con maestría sus paradas en el pit stop, el australiano se fue afianzando en la cabeza de carrera hasta meter cuatro segundos a Vettel, a la postre su mayor enemigo. La lucha fratricida sería por partida doble, pues por detrás los Mercedes de Hamilton y Rosberg vivían una situación similar, obligando al hijo de Keke a levantar el pie del acelerador cuando rodaba a mejor ritmo que el británico.

Ambas escuderías coparon las cuatro primeras plazas ante la irregularidad de sus rivales. Al prematuro abandono de Alonso hubo que sumarle el que Felipe Massa no estuvo a la altura de lo que se esperaba tras conseguir el segundo mejor tiempo de los días previos; Button (McLaren) sufrió los errores de sus mecánicos cuando en la vuelta 36 no acabaron de atornillar correctamente la rueda delantera izquierda, lo que le hizo perder un tiempo precioso; y la partida muy atrás del sancionado Raikkonen (Lotus) le impidió remontar, enfrascado en peleas particulares con Hülkenberg.

Al final, Vettel consiguió su triunfo vigesimoséptimo en un gran premio y se colocó como nuevo líder del mundial, pero su victoria no será una más en el palmarés del teutón, ya que traerá cola en los próximos días, pese a las aceleradas disculpas del piloto germano.

como en los viejos tiempos

No todo fue tensión en la carrera. Como curiosidad, Lewis Hamilton se confundió al entrar en boxes en la novena vuelta parando su monoplaza en el lugar establecido para los McLaren, su antigua escudería durante muchos años.

Vettel: «Me he equivocado y no tengo excusa»

Aunque no lo hizo en el podio, delante de todo el público, Sebastian Vettel sí que pidió disculpas por lo que hizo en carrera de manera posterior a través de una nota distribuida por su escudería. «Me he equivocado y me gustaría tener una buena excusa sobre mi comportamiento, pero no la tengo. Entiendo el enfado de Mark (Webber) y del equipo por lo que hice. Debo una explicación a toda la escudería e intentaré hacerlo luego».

El tricampeón mundial reconoció que «Mark y yo estamos acostumbrados a pelear y a juntar los bólidos, pero estando los neumáticos como están y desconociendo cuánto durarán, fue demasiado arriesgado desoír las instrucciones del equipo de mantenerme segundo».

Ahondando en el riesgo que corrieron ambos monoplazas por su temerario adelantamiento, Vettel asumió que «podríamos haber finalizado octavo y noveno después de destrozar los neumáticos en esa vuelta. Puse mis intereses personales por encima de los del equipo y fue un error. No estoy contento con mi acción y pido perdón. Si pudiera volver atrás, lo haría», añadió el piloto de Heppenheim.

Por su parte, Webber ratificó sus críticas al señalar que su compañero de escudería «no hizo lo correcto. Desafortunadamente, no hay un botón para rebobinar lo sucedido, ahora tenemos tres semanas hasta el siguiente premio para analizarlo». En esta misma línea Christian Horner, director de la escudería Red Bull, subrayó que lo sucedido «se tratará dentro del seno del equipo».     N.M.

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