BOBADAS ALPINAS | Kike de Pablo, alpinista

In memoriam

Organizado por la Animación Sociocultural de la Alcaldía de Toulouse, se ha desarrollado en el Pirineo de Ariège el cuarto campeonato de golf de las nieves. ¿Quién dice que en montaña el asociacionismo de base no se reinventa? Un agujero en la nieve y allá van las pelotitas, que he visto fotos. Todo ello completado, según programa, con marchas con raquetas, una buena tómbola de productos de la tierra y tartiflettes caseras (especie de oda al colesterol procedente de la Alta Saboya).

En el otro extremo, que en la montaña hay muchos extremos, está el esfuerzo de la Federación Internacional de Escalada Deportiva por meter la escalada en los Juegos Olímpicos del 2020. La cosa ha de ser ágil y divertida, así que los escaladores habrán de competir complementariamente en tres disciplinas: escalada de dificultad, boulder y velocidad. Ahí es nada, el campeón ha de ser un verdadero campeón.

Alguno apunta que eso es como si se le hiciera correr a Usain Bolt los cien metros y el maratón para poder llevarse la medalla de oro en carreras. Quizás fuera más entretenido un taller de descenso fuera pista (y fuera de cualquier norma si vamos a ello) con Luis Bárcenas, ahora que ha recuperado los skis y trofeos de caza que tenía almacenados en la sede de Genova. Eso sí, acompañados de los alpinistas de Osetia del Norte que han ascendido una montaña virgen en su tierra, el Cáucaso, y le han puesto el nombre de Hugo Chávez, in memoriam, además de poner su busto en la cumbre. Todo sea por pasarlo bien.