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Raimundo Fitero

Viajeros

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Siguen viajando los programas regionales buscando paisanos triunfadores diseminados por el mundo. Otros siguen viajando buscando fiestas, playas, bebidas exóticas, rutas nocturnas. Es la televisión colonizadora. Es un prototipo ideológico: primero van las cámaras con unos guiones infectos, patrocinadas o no, pero al servicio de la propaganda del turismo de clase media, o para reforzar una imagen gubernamental. Viajan, limpian con su reportaje la basura y aparece unos lugares idílicos, o unas situaciones agradables. Lo que sigue es que otros se sienten viajeros en su sofá y creen que conocen Oslo porque han visto a cuatro paisanos haciendo propaganda, especialmente de sus vidas.

El mejor medidor de la liviandad de la comunicación, de los géneros periodísticos, son los programas televisivos. Tantos canales, tantas horas emitiendo, necesitan contenidos. Es decir horas para mantener la señal ocupada, y los documentales o los programas de viajeros son una de las opciones que pueden interesar en según qué sectores horarios donde las audiencias son pequeñas en términos cuantitativos globales. Colocados en estas circunstancias socio-empresariales, debemos afrontar desde la más absoluta vagancia intelectual, una sensación que corroe: ya no son lo que era.

Pasa lo mismo con los corresponsales, que van desapareciendo y los que quedan parecen salir de un cuarto oscuro donde no han visto nada más que los canales locales oficiales. Con un programa de traducción en el ordenador, ya se puede ser corresponsal en cualquier parte del mundo. No aportan nada. Son una presencia banal. Vaya día llevo. Hacen lo que pueden, pero no tienen medios y, además, no tienen inquietudes. Son generaciones wikipedia, facebook y twiter, desinformadas y alienadas en sus redes.

Seguirán viajando, se montarán programas, seriados, o espontáneos, y siempre veremos lo mismo o muy parecido. Porque no existe ninguna intención de descubrir, sino de cubrir un expediente. Las agencias de viajes ponen todo lo necesario. Y los japoneses las cámaras. El resto es un ejercicio de repetición. No hay punto de vista. ¿Para qué sirve un punto de vista si todo está ya visto?

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