El responsable de la prisión del Estado de Adamawa (al este de Nigeria), Andrew Barka, infomó de la fuga de 127 presos después de que individuos armados atacaran la cárcel de Ganye, además de prender fuego a la comisaría y de asaltar un banco -donde usaron explosivos para acceder a la caja de seguridad- y una iglesia. La cadena de ataques arrojó un saldo de 25 muertos, entre ellos un responsable de la cárcel, un policía y un importante político local. Aunque por el momento ningún grupo se ha atribuido la autoría del atentado, los objetivos y la localización concuerdan con otros ataques llevados a cabo por Boko Haram, que reclama la aplicación de la ley islámica, la Sharia.