Finalmente han sido diez los esqueletos recuperados en la sima de El Raso, en Urbasa, donde la Asociación de Familiares de Fusilados de Nafarroa y miembros de la sociedad Aranzadi estaban buscando los cuerpos de Balbino García de Albizu, Gregorio García y Balbino Bados, tres navarros que fueron asesinados por la represión franquista y que sospechaban que podrían estar en la fosa, extremo que fue confirmado el jueves. Por lo tanto, a los tres que se buscaba inicialmente, se le han sumado los restos de siete personas más.

Con este resultado, sobre las 14.00 del viernes se daban por finalizados los trabajos en la sima, tareas en las que también intervinieron dos espeleólogos, y que fueron seguidos de cerca por algunos de los nietos de las víctimas.

Según explicó Paco Etxeberria, que ha sido el encargado de dirigir las labores que comenzaron el pasado 23 de febrero, los esqueletos presentaban signos evidentes de muerte violenta. Las mismas fuentes indicaron que en dos cráneos se aprecia el tiro de una pistola de calibre pequeño, con orificio de entrada y salida.

En el lugar encontraron además una granada, algo que no es habitual en Nafarroa, ya que «no había frente de guerra», según explicó a Efe Joseba Ezeolaza, miembro de la asociación.

Un equipo especial de la Guardia Civil, que fue avisado del hallazgo de esta granada de mano, logró ayer neutralizarla después de evaluar su estado e identificarla. Según el cuerpo policial, se encontraba depositada sobre unas piedras en un estado de conservación muy deteriorado.

Debido a la dificultad del acceso los Especialistas del Equipo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) tuvieron que descolgarse varios metros asistidos por Especialistas del Grupo de Rescate de Montaña.

Querer lanzarlos al olvido

Los trabajos en la sima situada en la carretera de Olatzagutia a Lizarra comenzaron cuando las familias de Balbino Bados y Balbino García contactaron con la asociación para exhumar sus cadáveres, junto con el de Gregorio García.

En el caso de este último al no tener familia directa ha sido el Ayuntamiento de Eulate, del que fue vecino y concejal, el que ha llevado la iniciativa y el que ha expresado su disposición a hacerse cargo de sus restos. Este gesto fue destacado por Ezeolaza, porque apuntó que es la primera vez que un Consistorio se hace cargo de los restos de una persona que no tiene familia.

«Se trata de militantes republicanos que en 1936 fueron fusilados, con la singularidad de que además los arrojaron a una sima en un intento de ocultar su muerte, de lanzarlos todavía más al olvido», consideró Ezeolaza.

Tras pedir los permisos pertinentes al Gobierno de Nafarroa y contactar con la asociación Aranzadi, al frente de la cual trabaja Etxeberria, comenzaron las labores de recuperación.

Entraron en la sima, rompieron un suelo de cemento y accedieron al interior, donde, según relató, se encontraron con que, además de los tres cuerpos que esperaban, había siete más, lo que suma un total de diez.

Los restos ya han sido enviados al laboratorio de Aranzadi en la capital guipuzcoana, donde se realizarán los análisis convenientes y se cotejarán con una propuesta de identificación, que en el caso de que resulte positiva dará lugar a la entrega de los cuerpos a las familias y al Ayuntamiento de Eulate en los casos citados, pero para ello habrá que esperar entre tres y cuatro meses.

En el resto, en el caso de que no se logre identificarlos, tendrán que decidir qué hacer con ellos, según Ezeolaza. En ese sentido, señaló que una posibilidad sería devolverlos a la sima y rendirles allí algún tipo de homenaje.

Aunque no saben quienes pueden ser, sospechan que entre los siete fallecidos puede encontrarse una maestra republicana de Iruñea y además, como uno de ellos iba vestido de militar, creen que puede tratarse de «alguien obligado a alistarse a los tercios carlistas, que se escapó y cuando lo cogieron lo fusilaron».

46 fosas y 217 cuerpos

La Asociación de Familiares de Fusilados de Nafarroa ha actuado a lo largo de diez años en 46 fosas, y ha encontrado con éstos últimos, un total de 217 cuerpos y ha entregado a sus familias 88 restos.

Ezeolaza subrayó que «cuando la asociación trabaja sobre una fosa y entrega los restos de un desaparecido a su familia no está resolviendo un problema individual o familiar, sino encarando un problema colectivo de la sociedad, porque no podemos seguir mirando para otro lado mientras hay cientos de navarros tirados en las cunetas».

Por eso, reclamó una Ley de Memoria Histórica que «trate de hacer este tipo de actuaciones desde el propio Gobierno de Navarra, de oficio».

Según las estimaciones del historiador José María Jimeno Jurío, en cuatro simas de la Sierra de Urbasa pueden reposar los cuerpos de doscientos navarros. La más conocida de todas es la Sima de Otsoportillo. Las otras tres son Balcón de Pilatos, Basanziturri y Ordoz.

Por último, Ezeolaza adelantó que desde la asociación han pedido que se conceda el Premio Príncipe de Viana 2013 a Etxeberria -que el 8 de abril participará en la exhumación del poeta Pablo Neruda-, una demanda que cuenta con el aval del científico Pedro Miguel Etxenike, Premio Príncipe de Viana y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.