Es el momento de repuntar. Después de tres derrotas consecutivas y pese que, a excepción del Mallorca, los de abajo no acaban de reaccionar, Osasuna no puede seguir confiando en su exiguo colchón y está obligado a volver a sumar si no quiere meterse en serios problemas en los dos meses que restan de competición.

Ocurra lo que ocurra en el José Zorrilla, la escuadra navarra seguirá fuera de los puestos de descenso, pero su margen de confianza tiende a menguar, de ahí que deba invertir la dinámica perdedora de las últimas jornadas. El estadio vallisoletano, donde no ha perdido en sus últimas cinco visitas, parece un escenario propicio para enmendar la reciente trayectoria. Anima a ello también que los pucelanos no ganan en su terreno desde hace dos meses y que su desahogada posición -a apenas dos partidos de la salvación- puede colaborar a la causa rojilla.

Tres posibles cambios

En esa misma línea positiva, Mendilibar ha recuperado para el envite a hombres importantes en su once, como es el caso del máximo artillero Kike Sola, del chileno Gato Silva o de Rubén, quien podría volver a su puesto en el eje de la defensa. Todos ellos tienen serias posibilidades de entrar en el once, en detrimento de Miguel Flaño, Puñal y Masoud.

Con ello, el técnico vizcaino buscará retomar la intensidad defensiva perdida ante Betis y Atlético de Madrid, amén de recobrar la eficacia anotadora -solo un gol en los tres últimos compromisos ligueros- con la punta de lanza del delantero cascantino. Tanto rescatar el olfato goleador como mantener la portería a cero, sobre todo esto último, serán factores decisivos para salir vivos de Valladolid.

Por parte local, Djukic parece que alineará de principio a Ebert, pese a que el alemán, lesionado durante dos meses por problemas en los isquiotibiales, se autodescartó entre semana para jugar desde el pitido inicial. El germano ha estado en el ojo del huracán, tras desvelarse que mantuvo una reunión con el director general del Atlético.