Los partidos políticos italianos empezaron ayer a marcar distancias con respecto al plan del presidente, Giorgio Napolitano, para intentar sacar al país del bloqueo político actual, después de unas primeras horas de reconocimiento casi unánime a la decisión del jefe del Estado de no dimitir para agotar su mandato. Las principales críticas a la iniciativa de Napolitano de crear dos comisiones de personalidades que elaboren un plan de reformar con el fin de facilitar el acuerdo entre los partidos provinieron del Partido de la Libertad (PdL) del ex primer ministro Silvio Berlusconi y del Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo.

Renato Brunetta, portavoz del PdL en la Cámara de los Diputados y exministro de Administraciones Públicas, rechazó rotundamente la constitución de los dos grupos propuestos por Napolitano al considerar que «no sirven para nada, con todo el respeto que merece el presidente». Agregó que «basta ya de perder tiempo y de hacer nuevas consultas» e insistió en la necesidad de formar un Gobierno de coalición entre el PdL, el Partido Demócrata (PD), de Pier Luigi Bersani, y Elección Cívica, la formación de Mario Monti, o en caso contrario volver a las urnas.

En cuanto al M5S de Grillo, si bien en un principio clamó victoria al estimar que el plan de Napolitano recogía su propuesta de dar un mayor peso al Parlamento y quitársela al Gobierno, y dejaba al frente a Monti para tramitar asuntos corrientes en colaboración con el Parlamento, pero Grillo lo matizó al señalar que las comisiones que han de formarse son las parlamentarias porque el país no necesita a los «misteriosos negociadores o mediadores que operan como grupos de sabios, ni a las `cuidadoras de la democracia', sino permitir que funcione mejor el Parlamento».

La formación de Monti es la que más conforme se muestra con el plan de Napolitano, porque su hoja de ruta recoge sus propuestas y mantiene a su líder en el Gobierno, mientras que el PD, que dio su apoyo a la propuesta del presidente, insistió en la necesidad de un Gobierno formado por políticos.

La composición de las comisiones también han suscitado críticas por no contar con ninguna mujer y por los recelos que despiertan algunos integrantes.

Para algunos, Napolitano solo busca ganar tiempo en favor del Gobierno en funciones y reforzar la figura de Monti, dentro y fuera del país.