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Antonio ALVAREZ-SOLIS Periodista

Los votos pochos

Sólo conozco en fotografía a don Carlos Floriano, vicesecretario de organización del Partido Popular. La imagen que da es la de un joven muy bien peinado que habla de nariz. Intelectualmente, a juzgar por sus declaraciones, exuda la correspondiente simplicidad. Tiende a la indignación asombrada de los chicos bien y cuando acaba sus observaciones ha de coronar con ese «o sea» el discurso que a él le parece terminante. Ahora ha fulminado a los que participan en los escraches contra los desahucios.

Dice el Sr. Floriano que «cercan nuestras casas para conseguir lo que no lograron con los votos», lo que da a entender que los protestantes son izquierdistas que únicamente quieren tumbar al PP. Esto podría ser verdad, al menos en parte, ya que la gente que vota al PP generalmente no corre el peligro de ser desahuciada. Pero en lo que se equivoca es en añadir que «tenemos la fuerza de las urnas y de la democracia». Los votos «populares» de hace un año han de estar ya pochos si se piensa en ellos desde lo que está pasando. Son votos que logró el Sr. Rajoy en un escrache retórico, persiguiendo a los posibles votantes hasta su casa mediante los más eficaces instrumentos de comunicación. En este asunto de los desahucios el Sr. Floriano sigue escracheando a vena loca al asegurar que «los deudores hipotecarios españoles son los más protegidos de toda la Unión Europea». Yo no lo creo, a no ser que el Sr. Floriano piense que existe esa protección porque las víctimas de las terribles expulsiones no son rematadas en la calle por las fuerzas del orden.

O sea que las urnas del Sr. Rajoy han quedado tristes y solas como se quedó Fonseca, según cantan los tunos de Santiago. Por cierto, el Sr. Floriano tiene cierta pinta de haber sido tuno. No me sorprendería nada que hubiera sido el que tocaba la pandereta.

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