Es de sobra sabido que quienes forman parte de la derechona tienden a meter a quienes no son como ellas o ellos en el mismo saco... con el a veces indisimulado ánimo de cerrar ese saco y tirarlo al río. Y de un tiempo a esta parte, en el infraebro inventaron el saco del «todoeseta» para atacar a los adversarios. Y en eso andan también ahora, a cuenta de las movilizaciones sociales contra el PP. Vean si no el requiebro que Pilar Ferrer hace en su columna de «La Razón». Empieza, cómo no, mirando a Euskal Herria y criticando que no se prohibiera la manifestación del sábado pasado convocada por Herrira, algo «duro de aceptar, y mucho menos (sic) por las víctimas, que ven una fuerte laxitud en la Audiencia Nacional ante las manifestaciones a favor de terroristas. Ni una sola de las peticiones de la AVT para prohibirlas ha sido aceptada por los jueces responsables». Será por los jueces «responsables», porque los irresponsables anda que no han prohibido... Luego, tras rellenar espacio con el consabido «alentar las protestas proetarras es arriesgado y no contribuye a pacificar las calles del País Vasco» -para «pacificar» es mejor prohibir manifestaciones pacíficas-, la columnista del diario carca da una pirueta y señala «algo que han denunciado dirigentes del PP: el vampirismo de la calle, ante la avalancha cada vez mayor del `escrache', los acosos intolerables a las viviendas de ministros y altos cargos populares, que rozan los derechos constitucionales y exigen ya un freno rotundo». Cómo le gusta a esta gente hablar de frenos rotundo, medidas contundentes y ese tipo de expresiones tan marciales. Algunas y algunos no pueden evitar sacar el militroncho que llevan dentro.

Pero la pregunta es, ¿a qué viene juntar la manifestación de Herrira con los «escrache» al PP? Pues lo explica la autora: «la infiltración de Batasuna en este vandalismo es una realidad latente, un peligro que encubre otra estrategia de los `abertzales'. En efecto, como bien dice en su tristeza Ángeles Pedraza, son vampiros, sí. Que invaden las calles y siguen sorbiendo la sangre derramada de sus indefensas víctimas». Para vampiros, los que le han sorbido las neuronas a alguna columnista. Definitivamente, están muy mal de la azotea.