El Ayuntamiento de Lezo informó ayer de que se ha abierto expediente a cada uno de los tres vecinos de la localidad guipuzcoana que el jueves retiraron los colgadores sobre los que reposan los recipientes para la recogida de los residuos puerta a puerta.

La alcaldesa, Ainhoa Zabalo, recordó que es responsabilidad municipal cuidar y mantener el mobiliario urbano. Además de confirmar que se han tomado medidas para que acciones así no vuelvan a suceder, la regidora de Bildu detalló que cada una de las personas expedientadas se enfrenta a una multa de entre 1.500 y 3.000 euros.

Tras reafirmarse en que no hay marcha atrás en el camino que Lezo ha emprendido para la recogida de residuos, admitió que en el momento de los hechos se vivieron momentos tensos entre algunos concejales y los vecinos. Zabalo también confirmó que el consejo de gobierno ha presentado una queja formal para denunciar la «falta de profesionalidad» y la «dejadez» de los agentes de la Ertzaintza que mediaron en la discusión que se produjo.

Precisamente, el Departamento de Seguridad de Lakua emitió ayer un comunicado para desmentir las acusaciones de EH Bildu sobre la negativa de la Ertzaintza a identificar a varias personas, tal y como les había solicitado Zabalo.

Ante esta petición, los agentes habrían respondido que no había daños materiales y que únicamente se habían desatornillado y retirado los soportes, porlo que decidieron no identificar a los autores del sabotaje.