Todos los síntomas parecían condenarle. Cambio de entrenador en enero, jugadores que se han ido y han llegado, malas rachas, partidos que se escapan por detalles impensables... El Izarra ha sido uno de los más claros candidatos al descenso a lo largo de casi toda la temporada, hasta el punto de parecer desahuciado cuando, con poco menos de una vuelta por delante, se situaba a 14 puntos de la permanencia.

Pero una mezcla de convencimiento, unidad e implicación con el proyecto han permitido a la escuadra navarra protagonizar una remontada que, de momento, le sitúa a solo tres puntos de la salvación y que ha convertido lo que había parecido poco menos que un milagro en una posibilidad.

Uno de los artífices de la rebelión blanquiazul es Chechu Martínez. El técnico riojano, que ya había ejercido de segundo de Jorge Barbarín dos temporadas atrás, llegó al banquillo en enero, en sustitución de Raúl Marco. Se encontró con un equipo «muy tocado. Los resultados estaban siendo muy malos, se cambió el entrenador, había habido muchos movimientos en la plantilla, se había ido el máximo goleador... El equipo estaba sufriendo muchísimo y parecía que estaba derrotado antes incluso de salir al campo, especialmente fuera de casa. Así que ese, limpiar las cabezas, convencer a los jugadores de que eran capaces, fue el primer aspecto a mejorar», explica el técnico.

El primero, pero no el único. «Empezamos a cambiar muchas cosas y creo que los jugadores están contentos con el trabajo que se hace. Hemos conseguido aunar un poco más el perfil de jugador experimentado que tenemos con el joven, sacando lo mejor de ambos y aportando cada uno su granito de arena. Todos se saben importantes y por eso, por ejemplo, los cambios resultan determinantes en los últimos partidos; porque todos los jugadores están enchufados y saben que pueden aportar».

Cambios que, por fin, se reflejaron también en los resultados «y entrar en esa dinámica es importantísimo. Uno no se da cuenta de la importancia de las rachas hasta que no sufre una negativa, de esas en las que parece que nada te va a salir bien nunca. Ahora estamos en la dinámica opuesta y eso se nota en el ánimo, en la forma de encarar los partidos... A eso hay que unirle el vestuario que tenemos, la piña que hemos hecho, el esfuerzo y el trabajo que se hace... También el aspecto económico, saber que, sea más o menos, pero que a día 1 se cobra lo que hay que cobrar. Eso da mucha tranquilidad, más viendo lo que sucede en muchos equipos, y contribuye a que se trabaje aún con más ánimo. Todo suma».

También el hecho de contar con una plantilla sumamente implicada con un proyecto en el que, en muchos casos, llevan años trabajando. «Hay muchos jugadores que llevan varios años aquí. Y eso te da dos cosas. Por un lado, muchos vivieron el descenso a Tercera y saben lo que es, lo que supone, lo que hay que luchar para evitarlo porque no quieren repetirlo. Y por otro, que el club es su casa. Quizá en equipos de la parte alta se nota menos el hecho de tener jugadores que hoy vienen y mañana se van; lo que se impone es la calidad. Pero en un equipo como el nuestro la implicación es muy importante. En equipos humildes, contar con gente de la casa, del entorno, que sienta los colores, que haya implicación en el jugador y en el aficionado, es un valor añadido», subraya el técnico.

Optimismo

Todos esos factores han conseguido que el Izarra llegue vivo a la recta final del campeonato. Y convencido de que «el objetivo es alcanzable, aun sabiendo que es difícil y que tenemos que seguir esforzándonos al máximo en cada partido». Hasta el punto de que Chechu Martínez cree que el equipo albiazul «depende de sí mismo. No matemáticamente, es obvio, pero estoy convencido de que si somos capaces de seguir haciendo las cosas bien y de mantener esta dinámica, al menos llegaremos vivos a la última jornada».

Un último encuentro que enfrentará a los navarros nada menos que al Alavés. Y es que el calendario no es sencillo para el Izarra, con un cruce directo ante el Zaragoza este domingo, y tres choques con candidatos a título y play-off en las cinco últimas jornadas. «Prefiero no pensarlo y centrar mis energías en el próximo partido -admite-. Pero soy optimista. Creo que tenemos un partido muy duro la semana que viene en Lezama, pero los otros dos (Barakaldo y Alavés en las dos últimas jornadas) ahora mismo los temo menos, porque quizá para entonces ya puedan tener todo decidido y en ese caso es probable que bajen un poco sus prestaciones».

«De todas formas -insiste- nosotros tenemos que centrarnos en lo nuestro, en seguir haciendo bien nuestro trabajo y sumar lo que necesitamos». Cuentas que ahora mismo situarían las necesidades del Izarra en celebrar otras cuatro victorias. Algo que, visto lo visto, nadie puede descartar.

La semana

Renovaciones. Con la confianza de que sea en Segunda A, el Alavés apuntala el equipo del próximo año. Si la semana pasada fue Óscar Rubio el que renovó automáticamente por una campaña tras alcanzar los 30 encuentros, en Lleida fue Jaume el que llegó a esa cifra, prolongando igualmente su contrato.

Goles. Jon Orbegozo (Barakaldo) ya está de vuelta, aunque no pudo marcar. Como tampoco lo hicieron sus inmediatos perseguidores, sigue comandando la tabla de realizadores con 13 goles, frente a los 12 de Mata (Lleida) y los 11 de Angulo (Real Unión) y Jorge Galán (Osasuna). Se les acercan Arruabarrena (Eibar), que acabó con una sequía de más de dos meses, y, algo más abajo, Jonxa (Bilbao Athletic), que los ha marcado a pares en las dos últimas jornadas.

Rachas. Con la de Tafalla, el Eibar ha celebrado cinco victorias consecutivas. En toda la categoría solo le supera el Nástic de Tarragona en el Grupo III, que ha enlazado ocho triunfos. En el lado contrario, la Gimnástica de Torrelavega, el equipo en peor momento de toda la Segunda B, con seis derrotas consecutivas.

Histórico. Los 64 puntos que ha alcanzado en la 32ª jornada convierten a este Bilbao Athletic en el mejor de las 17 temporadas que han transcurrido desde que descendiera. Su mejor marca hasta ahora estaba en los 61 puntos de la campaña 97/98.

Entradas. Como hiciera en los choques ante River y Lleida, el Barakaldo rebaja las entradas para recibir al Racing B. El precio más económico será de 12 euros, 5 en el caso de los niños. El Eibar, por su parte, declara Medio Día de Ayuda al club la visita de la UD Logroñés, con lo que los socios deberán pagar 10 euros y el resto del público 15. A cambio, el club armero ofrecerá entradas rebajadas a los socios para el resto de encuentros en Ipurua.

Duplicado. Jonás Ramalho viajó a Sevilla con el primer equipo, pese a que el sábado disputó los 90 minutos con el Bilbao Athletic. Fue su segundo partido con el filial desde octubre y el séptimo que juega en todo el curso.