La exhumación del poeta chileno Pablo Neruda comenzó y finalizó ayer en la casa museo de Isla Negra, a 120 kilómetros al oeste de Santiago, donde pasó sus últimos días con el fin de aclarar si murió envenenado o a causa del cáncer de próstata que padecía. Su fallecimiento se produjo pocos días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet el 11 de setiembre de 1973.

El domingo se realizaron los trabajos previos a la exhumación con la colocación de una carpa sobre la tumba para evitar la contaminación del área y la retirada de unos 60 centímetros de tierra que cubría la cripta. Ayer se procedió a la rotura de la cripta donde descansan los restos del premio Nobel de Literatura (1971) junto a los de su tercera esposa, Matilde Urrutia, bajo la estricta supervisión del juez a cargo del proceso, Mario Carroza, abogados y una decena de peritos forenses.

Una vez extraídos, los restos serán trasladados de inmediato hasta la sede del Servicio Médico Legal de Chile (SML) en Santiago, que dirigirá los exámenes.

«Las osamentas serán llevadas a un laboratorio de antropología y se le realizarán exámenes de radiología, toxicológicos y antropológicos para buscar signos de sustancias tóxicas y de la enfermedad del poeta», explicó el domingo Patricio Bustos, director del SML.

Bustos, que no descartó la realización de pruebas en el exterior, no dio a conocer el tiempo en que se entregará el informe final. Las pericias pueden durar al menos tres meses.

El análisis de los restos de Neruda estará a cargo de una decena de peritos chilenos y extranjeros, entre ellos el médico forense y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Paco Etxeberria, y de representantes de la Cruz Roja Internacional.

Según explicó a BBC Mundo la antropóloga chilena Gloria Garrido Varas, los análisis se concentrarán en intentar establecer en qué etapa estaba el cáncer que padecía y en encontrar sustancias tóxicas.

«Se supone que tenía cáncer de próstata. Esta enfermedad muchas veces hace metástasis en los huesos, así que es posible que descubramos qué tan avanzada estaba la enfermedad. "La facilidad para encontrarlo también va a depender de qué tan bien estén conservados los huesos después de tantos años», declaró a la cadena británica.

En cuanto al posible hallazgo de cuerpos tóxicos, reconoció que será una labor difícil porque «no sabemos qué tipo de veneno estamos buscando. Dependiendo de eso, la cantidad utilizada y el número de dosis implicadas, será más o menos difícil identificarlo en el análisis». «Confío totalmente en que tenemos las habilidades científicas para llevar a cabo el proceso correctamente, no solo porque contamos con una unidad médica de alto nivel, también porque hay muchos expertos externos colaborando en el proceso, toxicólogos estadounidenses y españoles», añadió.

La investigación se inició tras la denuncia judicial que interpuso en junio de 2011 el Partido Comunista chileno, del que Neruda era militante y que ha posibilitado su exhumación.

De acuerdo con la versión del ex chófer y asesor personal del poeta Manuel Araya, en la tarde del 23 de septiembre de 1973, solo doce días después del golpe de Estado, Neruda le contó a él y a su esposa, Matilde Urrutia, que lo habían inoculado con una inyección en el pecho, lo que le había hecho sentirse muy mal. Casi seis horas después, falleció en la Clínica Santa María de Santiago, adonde había sido trasladado cuatro días antes.

Un avión, gestionado por el embajador mexicano, esperaba a Neruda para llevarlo al día siguiente al país azteca, donde pensaba exiliarse y comandar la oposición a Pinochet. Su familia y la fundación que maneja su obra defienden la versión oficial de que murió producto del agravamiento del cáncer que sufría.

El certificado de defunción, al que tuvo acceso AFP, atribuye la muerte del laureado poeta a una «caquexia cancerosa», derivada de un «cáncer de próstata con metástasis cancerosa».

La justicia chilena también investiga la muerte en 1982 del ex presidente Eduardo Frei, quien, al igual que Neruda, murió en Santa María durante la dictadura a raíz de unas complicaciones en una operación de rutina.