EEUU retira munición en su guerra de nervios con Corea del Norte
La decisión de EEUU de aplazar la prueba de lanzamiento de un misil intercontinental no ha pasado desapercibida, tampoco al presidente ruso, Vladimir Putin. En los últimos días proliferan los mensajes en torno a que Washington estaría dispuesto a rebajar la tensión. Lo que confirma como mínimo su corresponsabilidad en la escalada. Una escalada que comenzó con su descarado despliegue de bombarderos en una de las zonas más peligrosas del Planeta.
GARA | WASHINGTON-PYONGYANG
El presidente ruso, Vladimir Putin, saludó el retraso por parte de EEUU de un lanzamiento de prueba de misiles intercontinentales como un gesto de enfriamiento de la tensión «muy importante» de cara a Corea del Norte. «EEUU ha hecho un gesto muy importante y debemos agradecérselo». señaló en una comparecencia ante la prensa en Hannover (Alemania).
Espero que este gesto sea valorado, también por Corea del Norte (...) y que todos se vayan calmando y vayamos trabajando juntos en la búsqueda de una solución a los problemas».
El inquilino del Kremlin alertó de lo peligroso de la situación. «La catástrofe de Chernobyl sería un cuento de niños» comparado con un conflicto nuclear en la península coreana.
Washington anunció el retraso de una prueba de lanzamiento del Minuteman 3, misil balístico intercontinental con capacidad nuclear y que iba a ser lanzado esta semana desde la base aérea de Vandenberg, en California (oeste).
Ya la semana pasada algunos medios avanzaban análisis en el sentido de que EEUU habría decidido reducir la tensión después de haber provocado al régimen norcoreano con el despliegue, ampliamente publicitado, de su arsenal de guerra.
Un alto responsable militar aseguraba amparado en el anonimato a la agencia France Presse que «no estamos al borde de la guerra, al menos de momento, y debemos hacer todo lo posible por evitarla».
Aunque EEUU sigue determinado a proseguir hasta el 30 de abril con sus maniobras militares en Corea del Sur, bautizadas como Foal Eagle, «es posible que a partir de ahora seamos más discretos sobre los ejercicios», auguraba.
Una provocación orquestada
Oficialmente, el sobrevuelo de los bombarderos B-52 y de los cazas B-2, que han provocado la ira de Pyongyang, se inscriben en esas maniobras.
Un artículo traducido para la web Rebelión y publicado por Stephen Gowans, de la red Global Research da cuenta de un detallado plan para provocar a Corea del Norte bautizado con el nombre de The Playbook.
Según los periodistas Adam Entous y Julian E. Barnes, de «The Wall Street Journal», «el plan fue desarrollado por el Comando Pacífico del Pentágono en el marco de las maniobras y se discutió en reuniones de alto nivel en la Casa Blanca».
«El plan preveía vuelos a baja altitud de bombarderos B-52 sobre la península coreana, que tuvieron lugar el 8 de marzo. Unas semanas después dos bombarderos B-2 con capacidad nuclear lanzaron cargas ficticias sobre una instalación de misiles sudcoreana. Los vuelos se realizaron deliberadamente a plena luz del día a baja altitud, según un funcionario de la defensa de EEUU, para producir el efecto amenazador deseado.
En un artículo publicado el 29 de marzo, Barnes escribió que «funcionarios de la defensa reconocieron que los oficiales militares norcoreanos están particularmente agitados por los vuelos de bombarderos debido al recuerdo de la destrucción causada desde el aire en la Guerra de Corea» . En aquella guerra, la Fuerza Aérea de EEUU demolió todos los objetivos de más de un piso. También lanzó más napalm del que lanzó después en Vietnam.
«Les ha llegado el mensaje»
Los analistas estadounidenses señalan ahora que a los norcoreanos «ya les ha llegado el mensaje» y ponen el acento en que ahora hay que «actuar de manera que no nos topemos con una situación fuera de control». Y es que recuerdan que la península coreana es una de las zonas más calientes del mundo.
«Hay que tener cuidado., Es una región muy militarizada», señalan, obviando la responsabilidad de EEUU en esa deriva.
El Ministerio de Defensa surcoreano se desmintió a sí mismo asegurando que no ha detectado movimientos que apunten a la inminencia de una nueva prueba nuclear por parte de Corea del Norte.
China insistió en que «quiere la paz y no la guerra» en la región e hizo un llamamiento general para «aliviar la tensión y no fomentar la rivalidad». El presidente chino, Xi Jinping, señaló que «nadie debería lanzar a una región e incluso al mundo entero al caos por ganacias egoistas«
Corea del Norte anunció la retirada temporal de sus más de 50.000 trabajadores del complejo industrial intercoreano de Kaesong.
«Vamos a detener temporalmente las operaciones del complejo y consideraremos su cierre», sentenció un alto mando de Pyongyang, que declaró a Corea del Sur «completamente responsable» de lo que suceda en Kaesong, cuya continuidad podría correr peligro en un momento de grave crisis política en la región.
Kaesong, donde las empresas de Corea del Sur obtienen beneficios económicos al fabricar diversos productos con una extremadamente barata mano de obra norcoreana, representa una fuente de divisas para Corea del Norte. Los aproximadamente 54.000 obreros del Norte que trabajan en el complejo reciben un salario medio de 134 dólares al mes.
Esta situación ha alterado el normal funcionamiento de Kaesong y 13 de las 123 empresas surcoreanas radicadas en el complejo han tenido que cerrar debido a la falta de suministros y otros problemas derivados del bloqueo.
El Norte sí permite el regreso a casa de los empleados del Sur a través de la zona desmilitarizada (DMZ), aunque unos 500 permanecen en el parque industrial del Norte, confirmó el Ministerio de Unificación de Seúl, a la espera de que se normalice una situación que parece complicarse gravemente. GARA