A la espera de lo que ocurra hoy en los de calificación, Felipe Massa (Ferrari) se consagró ayer en el circuito de Shanghái como el piloto más rápido en los entrenamientos libres. El conductor brasileño logró el mejor registro de la jornada en la segunda sesión -en ella se marcaron los tiempos más favorables-, al cubrir el giro de 5.451 metros en un minuto, 36 segundos y 717 milésimas.

Kimi Raikkonen (Lotus) firmó 152 milésimas más que el carioca, obteniendo así la segunda posición. El ganador en Australia superó a Fernando Alonso, tercero, que necesitó cuatro décimas más que su compañero de equipo. Nico Rosberg (Mercedes), que había sido el mejor en el ensayo matinal y vencedor en este circuito el año pasado, finalizó cuarto, precediendo a su también compañero Hamilton.

En los entrenamientos se probaron reglajes y, sobre todo, los equipos siguieron rompiéndose la cabeza con el comportamiento de los neumáticos que, tanto con el compuesto blando como con el medio, sufrieron una enorme degradación en una pista tan cálida como es la china.

Detrás de estos cinco pilotos se colocaron los hombres de Red Bull, escudería habituada a esconder sus armas hasta los momentos importantes. Webber, perjudicado en Malasia por la desobediencia de Vettel, superó al alemán en estas primeras pruebas.

«Sus más y sus menos»

El jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner, admitió que entre ambos conductores del conjunto austriaco hay «sus más y sus menos», aunque lo valorizó en pro del equipo. «Los hemos mantenido porque son dos individuos ferozmente competitivos que se presionan mutuamente y sacan de esa forma lo mejor de cada uno. Creo que es una rivalidad sana», matizó el inglés.

Horner reconoció que, en Malasia, Vettel «no hizo lo que yo le pedí. ¿Estaba yo contento por ello? Por supuesto que no. ¿Lo discutimos? Sí, lo hicimos. ¿Se disculpó? Sí. ¿Ha aprendido de ello? Estoy convencido de que sí. ¿Ha menospreciado mi autoridad? No creo», manifestó.