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Fermin Munarriz Periodista

Emergencia

Situaci�n de emergencia... Esta es la expresi�n recurrente de responsables pol�ticos, sindicales y sociales. No les falta raz�n; ni los m�s veteranos recuerdan los comedores sociales o la tragedia de los suicidios. Emergencia. No es para menos. Pero, a falta de una hipot�tica irrupci�n revolucionaria, �reaccionamos realmente como corresponde?

Emergencia es una situaci�n de riesgo extremo que requiere una acci�n inmediata. Nos lo ense�an los desastres naturales, ante los que solo cabe responder de manera conjunta y coordinada. �Acaso enfrentar�amos una grave epidemia sanitaria actuando en direcciones diferentes, parciales y hasta opuestas? Sin embargo, en lo inmediato de nuestra experiencia pol�tica y sindical vemos con perplejidad que cuanto m�s pertinaz es la alarma, mayor parece la distancia para un acuerdo sobre el reto com�n. Emergencia, dicen, pero no hallamos el punto de encuentro para hacerle frente.

Es cierto que vivimos una coyuntura severa, lo cual, parad�jicamente, ofrece una oportunidad extraordinaria. Pocas cosas consiguen cohesionar tanto a una comunidad marcada por la diferencia y la crispaci�n como compartir un objetivo com�n. Caminar en la misma direcci�n. Y aun m�s en circunstancias adversas. Esta puede ser la ocasi�n. �Por qu� no consensuar encuentros en estrategias para superar la crisis? Podr�an descubrirse f�rmulas hasta ahora imprevistas, pero tambi�n abrir una nueva cultura de la austeridad que no deje a nadie en el camino, una nueva cultura de convivencia, de cooperaci�n... De un objetivo com�n. Una actitud de pa�s, en definitiva, que adem�s contribuir�a como est�mulo a otros procesos no menos importantes ni urgentes.

Pocas cosas pueden tener un efecto tan rehabilitador en una colectividad como que sus miembros se sientan parte y actores de un proyecto compartido que cre�an inalcanzable por las distancias que profesan sus l�deres. Y m�s, si cabe, en un contexto marcado por la violencia pol�tica. La historia nos demuestra que, en situaciones adversas, las sociedades gestionan con m�s generosidad y abnegaci�n que sus administradores las restricciones y los esfuerzos que se le requieren. De la misma manera que avalan con mayor naturalidad la confluencia de los adversarios en una meta com�n. Precisamente porque una situaci�n de emergencia requiere... una soluci�n para la emergencia.

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