Amparo LASHERAS Periodista
Tanto en tan pocas palabras
Abril suena como la lluvia y se viste de primavera. Esa peculiaridad le da apariencia de vitalidad, de enamoramiento repentino. Le hace merecedor de poemas y canciones con el amor a punto de nacer. Parece como si las tristezas o la muerte no fueran con él, manteniéndolas ajenas y distantes. «Comprenderás que puede nevar en primavera/ y que en primavera las nieves son más crudas», escribió Pablo Neruda en 1919, mientras decía adiós a su adolescencia. «Abril vino al mundo y yo me quedé muerto», escribía en la misma época J. R. Jiménez. Casi un siglo después, los versos de estos dos poetas, ambos premios Nobel de Literatura, se encaran con este abril de 2013 y algo de las tristezas que ocultan encuentra el sitio adecuado en el hoy de nuestro pensamiento, de la sorpresa que sobreviene cuando a la muerte calculada alguien le pone nombre y tiempo. A Xabier López Peña, militante de ETA, la política penitenciaria francesa lo asesinó el 30 de marzo, dos días antes de un abril que, el día 6, sonó a lluvia solidaria y persistente en las calles de Bilbo. Ayer, Xabier, regresó a su pueblo con el respeto de su gente y bajo la mirada amenazadora, pronta al castigo, de quienes utilizan el dolor propio para sus intereses políticos, apelando, para ello, a derechos humanos que, en este momento de Euskal Herria, ellos no respetan; a leyes, encaminadas a imponer sobre los militantes de ETA un silencio que tiene más que ver con la paz de los cementerios que con la búsqueda de una resolución. Por eso, cuando termine este abril, me prepararé para vivir otro mes, dejaré de buscar otros poemas y solo subrayaré ese verso popular que dice tanto en tan pocas palabras. Ez zaitugu ahaztuko.