Raimundo Fitero
Entorno
Según se revise una traducción u otra, el deseado ministro (o ex-ministro in pectore), José Ignacio Wert considera que tiene un entorno de colaboradores en el ministerio de Educación compuesto por insensatos o por idiotas. Hay que elegir. Lo cierto es que estaba agazapado, no acude a actos públicos, pero ha contestado a la agencia Reuters sobre el programa «Salvados» de Jordi Évole, y como no podía ser menos, lo que hace es descalificar y atacar al mejor comunicador televisivo de estos momentos. No se podía esperar mucho más de este kamikaze político, un ultra que quiso ser estrella mediática con su tri-ministerio y que está contando los días esperando la primera crisis de Gobierno de Rajoy, donde lleva muchas papeletas para ser despedido.
La cuestión de su entorno ministerial venía a cuento porque fue invitado a participar en el programa de Évole y algunos le animaban a acudir, pero debió ser su hijo el que le recomendó lo contrario. A otro personaje público, sus hijos le recomendaron lo contrario: acudir. Es cuestión de estilo y de confesión. Porque el señor Wert dice una cosa muy reconocible como militante ultra: «Évole hace preguntas trampa». Acabáramos. Claro está, y como le insistan acabará diciendo que pertenece al entorno filoetarra. Recuérdese que hay documentos emitidos, entrevistó a Otegi. Ojo. La cuestión es que ha reaparecido Wert para cubrirse de mierda, como siempre, que debe ser su manera de buscar la gloria. Pero hay que entender que su animadversión al programa de Jordi Évole no le nace de él, sino que probablemente en su célula ultra católica lo comentarán; en su secta partidista están claramente a favor de cortarle las cámaras y los micros y así han presionado descaradamente al dueño de Planeta y en su comando gubernamental. Si pudieran ex-comulgarlo o mandarlo a trabajar a Alemania, lo harían. Y hasta con subvención.
Les reconcome las entrañas que tenga una audiencia fija muy alta, que esté creando una escuela, que no se amilane, que sin estridencias esté escribiendo un discurso alternativo a las mentiras oficiales y que lo comparen en el extranjero con Michael Moore. Por eso reaccionan de malas maneras. Y le hacen buena propaganda.