Los dirigentes políticos italianos se entregaron esta semana a un baile de entrevistas a puerta cerrada para consensuar un candidato a la Presidencia que guste al centro izquierda y a la derecha y pueda desbloquear la situación política en Italia, que mes y medio después de las elecciones sigue sin Gobierno. Los innumerables contactos que se están manteniendo buscan encontrar un candidato de consenso, aunque no aún no ha trascendido ningún nombre, antes de que el Parlamento comience a votar al próximo presidente el 18 de abril.

«La elección del presidente es una etapa decisiva en esta fase de la crisis, habrá que ver quién es elegido y cómo», declaró a AFP el politólogo Roberto D'Alimonte, de la Universidad Luiss de Roma.

Porque la elección presidencial coincide con una vacante al frente del Ejecutivo, ya que los comicios legislativos de finales de febrero no arrojaron una mayoría clara. El nuevo presidente tendrá pues la ardua tarea de tratar de formar un Gobierno, después de un primer intento fallido del líder del centro izquierda, Pier Luigi Bersani.

Ayer el ex primer ministro Silvio Berlusconi abrió la puerta a que un candidato de la coalición de centro izquierda suceda a Giorgio Napolitano como jefe de Estado a partir del 15 de mayo a condición de que se forme un Gobierno de unidad nacional, algo a lo que Bersani se ha negado hasta ahora.

En una entrevista publicada por el diario «La Reubblica», Berlusconi dijo estar dispuesto a hablar de esa posibilidad para hacer frente a la situación de emergencia en la que se encuentra Italia. El ex primer ministro admite así esa posibilidad por primera vez.

«Si acordamos una vía para el Quirinale, también por otro lado debemos encontrar un acuerdo en un Ejecutivo de larga entente con ministros elegidos de forma conjunta», agregó Il Cavaliere, que advirtió de que «de lo contrario, nada».

«Un Gobierno que se tambalea apoyado por pocos no tendría la fuerza de aprobar las normas que el país necesita para salvar la economía y negociar todo lo que es necesario cambiar de los acuerdos de la Unión Europea. La situación es dramática y no se puede mirar para otro lado», añadió.

Pero mientras tanto el cargo sigue ocupado por Giorgio Napolitano, quien ayer afirmó de nuevo que solo los partidos políticos pueden sacar a Italia del bloqueo institucional en el que se encuentra y darle un nuevo Gobierno, una conclusión que ha confirmado una vez finalizado el trabajo de las dos comisiones de expertos que decidió constituir tras cerrarse sin éxito las rondas de consultas con las formaciones. Estas comisiones han buscado reformas de consenso, en particular sobre la arquitectura institucional.

Al respecto, la comisión político-institucional no encontró unanimidad en torno a la Jefatura del Estado, porque uno de sus cuatro miembros insistió en la necesidad de cambiar la Constitución para ir a un semipresidencialismo al estilo francés, con una elección directa del presidente, frente al resto que defiende un «Gobierno parlamentario racionalizado» para evitar el «exceso de personalización». La unanimidad se dio en torno a la necesidad de superar el bicameralismo perfecto en la investidura del jefe de Gobierno, y que sea solo la Cámara de Diputados la que le dé su confianza. Además, esta comisión propone que el Senado se convierta en una especie de «Cámara Autonómica, la reducción del número de diputados y senadores y la reforma de la ley electoral.

La comisión económico social, por su parte, propone una reforma fiscal, potenciar el turismo y destinar ingresos no previstos al desempleo y al apoyo a las familias con problemas económicos.