Andrea Stella, ingeniero de pista de Fernando Alonso en Ferrari, no podía ser más explícito por radio cuando su pupilo cruzaba la línea de meta como vencedor del Gran Premio de China disputado en el circuito de Shanghai. «Fe-no-me-na-le Fernando. Grande week-end», le transmitió en italiano con un tono sosegado pero lleno de energía.

El asturiano completaba ayer un fin de semana brillante, con un tercer puesto en la calificación y la primera victoria de la temporada -la última la había logrado en el GP de Alemania, el 22 de julio de 2012- gracias a un ritmo infernal que ninguno de sus rivales pudo seguir ni mejorar durante las 56 vueltas de las que constaba el circuito chino.

Además, a sus 31 años de edad, el piloto de Ferrari alcanzaba con 31 triunfos a una leyenda de este deporte como es Nigel Mansell, y ya está solo por detrás de Michael Schumacher (91), Alain Prost (51) y Senna (41).

Por detrás de Alonso entraron Kimi Raikkonen (Lotus), Lewis Hamilton (Mercedes) y Sebastian Vettel (Red Bull). Este orden de llegada deja el campeonato muy apretado, con todos ellos como máximos candidatos a llevarse la corona al final de año, aunque aún no se puede descartar a hombres como Button (McLaren), quinto ayer, Felipe Massa (Ferrari), sexto, o incluso Mark Webber (Red Bull), que vivió un fin de semana horroroso.

El australiano llegaba a China después de la polémica con su compañero de escudería, Vettel, por lo ocurrido en el GP de Malasia, donde el alemán no obedeció las órdenes de equipo y adelantó al aussie. Ayer Webber partía desde la última posición por haberse quedado sin gasolina el sábado y, para más inri, tuvo que abandonar la carrera a causa de un error en boxes tras haberse tocado con Vergne (Toro Rosso). Y es que, después de esta parada, una de sus ruedas se soltó del monoplaza cuando de nuevo regresaba despacio y con prudencia a los talleres.

Un claro dominador

En la salida ya se vio cuáles serían las intenciones de cada piloto. Por ejemplo, Vettel salió con los neumáticos de compuesto medio, dando a entender que reservaría los blandos para su última parada y el tramo final de la carrera, mientras que Alonso superó a un Raikkonen que realizó una salida malísima y Hamilton impuso el primer ritmo con su Mercedes.

El británico solo duró cinco vueltas como líder. Los dos bólidos rojos de Alonso y Massa le superaron en el mismo sitio, al final de la recta de meta.

Las primeras paradas en boxes dejaron a Nico Hulkenberg (Sauber) como líder anecdótico, pero enseguida volvió el orden de carrera, justo poco después de que Webber se tocase con Vergne, lo que le obligó a abandonar a posteriori, y de que Raikkonen casi se llevase por delante a Sergio Pérez (McLaren). El finlandés, rabioso por la maniobra imprudente del mexicano, lo superó acto seguido.

Tras la segunda cita con la calle de talleres, la carrera estaba dominada por Vettel, seguido de Hulkenberg y Alonso, pero el asturiano superó con facilidad a ambos pilotos sobre la pista.

Tampoco hubo grandes novedades en la tercera y última parada en boxes. En la vuelta 43, Alonso, poco después de salir de nuevo a pista, superaba a Vettel, mientras que Button, aún con solo una parada, era tercero.

El asturiano fue abriendo hueco poco a poco, y Raikkonen y Hamilton lo seguían de lejos. Tal era la superioridad de Alonso que, cuando le dijeron por radio que no hacía falta que arriesgase tanto, respondió medio sorprendido medio confiado con un «si no voy tirando».

Por detrás, finés e inglés tuvieron que centrarse únicamente en sus espaldas, porque ahí llegaba Vettel como una bala después de haber puesto los neumáticos blandos. El germano sabía que esa era su única baza para entrar en el podio, pero esta vez su objetivo falló.