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Lucha libre

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Xabier ALZELAI
Ingeniero de pruebas

Con esta victoria, Alonso y Ferrari se convierten en la tercera combinación piloto-coche en ganar este año. En cuanto a resultados, este inicio de temporada se asemeja mucho al de 2012, que tuvo 7 ganadores distintos para los 7 primeros GPs. El campeonato se presenta más emocionante si cabe que en 2012, encarando Bahrein con Vettel en cabeza, con 3 puntos de ventaja sobre Kimi, con Alonso y Hamilton a 9 y 12, respectivamente, cuatro campeones del mundo separados por solo 12 puntos. Como anécdota: con esta victoria, iguala las 31 de Nigel Mansell. Este triunfo le sirve a Fernando Alonso para recuperarse del batacazo de Malasia, demostrando una vez más que responde bajo presión, y confirmando definitivamente que este año dispone de un coche ganador, que le permite pisar el cajón con regularidad.

La estrategia de RedBull con Vettel ha sido claramente batida. El podium de Shanghai ha demostrado que la táctica de salir con neumáticos blandos era la correcta. Personalmente no llego a comprender la estrategia de Vettel. Normalmente en competición para ganar o para defender el liderato de un campeonato mundial es vital salir de arriba.

En este caso, esto implicaba salir con ruedas blandas. Estaba bastante claro que esa iba a ser la estrategia de la mayoría que entraba en la Q3 el sábado. Sebastian Vettel escogió, en cambio, salir con el compuesto medio, y guardarse el juego de blandas para el stint final para minimizar el efecto de la degradación aprovechando que en la fase final el coche pesa menos y esto ralentiza en cierta medida la degradación. La idea no parecía del todo descabellada, pero siendo el líder del campeonato, esta decisión implica, en mi opinión, un riesgo innecesario.

Probablemente la hayan tomado basándose en los tiempos de los libres del viernes, donde el RedBull no se mostró brillante. En cualquier caso, este hecho ha añadido gran emoción en la recta final, donde alguno habrá necesitado la foto-finish para comprobar que finalmente Lewis Hamilton se ha llevado el tercer puesto del podio final.

Tras el drama de Malasia con el tema de las órdenes de equipo, algunas escuadras como RedBull han manifestado que en adelante van a prescindir de ellas para dejar a sus pilotos competir libremente. Niki Lauda, directivo de Mercedes, manifestaba que el compromiso con los 300.000 empleados de todo el mundo les obligaba a garantizar una competición sin ningún tipo de limitaciones entre sus dos pilotos. Todo vale, como en lucha libre. Lo curioso es que con el dramático nivel de degradación de los actuales productos de Pirelli, la Fórmula 1 se parece cada vez más a la liga de lucha libre WWF. Es decir, a un circo donde todo vale a cambio de entretener al espectador.

En la WWF los competidores son más actores que atletas y los resultados están pactados de antemano. Algo que por suerte no sucede en la F1 y estoy seguro de que nunca llegará. Sin embargo, la excesiva degradación del compuesto blando de Pirelli obliga a los equipos a plantearse las carreras como una especie de procesión donde apretar un poco para conseguir un adelantamiento puede costar caro. Ejemplo de ello: Sutil intentó ganar posiciones en pista adelantando pero el neumático se vino completamente abajo poco después. Pirelli declaró que todo indicaba que esto sucedió porque había cargado los neumáticos en exceso para intentar adelantar. Independientemente de la carga de combustible, parece ser que la degradación de las ruedas blandas es extrema.

No tiene mucho sentido que en un campeonato de F1, un campeonato de constructores, el neumático juegue un papel tan decisivo. Es tal el efecto del factor neumático en comparación a 2010 o 2011, que en estos momentos eclipsa por completo factores que hasta ahora eran tan primordiales, como la aerodinámica o el motor. Claro ejemplo de ello es el segundo puesto de Kimi en Shanghai, con el ala frontal dañado y el morro tocado desde la vuelta 16. Esto era algo impensable en los tiempos de Bridgestone, incluso en 2009, 2010 y 2011. La situación actual añade una emoción extra a la carrera del domingo y a cambio de perderla en la calificación; la Q3 de este sábado recordaba en algunos momentos a «Paseando a Miss Daisy».

Esta situación es ideal para el espectador y las audiencias lo confirman. Para los equipos es extremadamente frustrante ver que su esfuerzo tecnológico de poco cuenta los fines de semana en pista ante el peso específico de los neumáticos. Los equipos punteros emplean a más de 500 personas, realizan grandes esfuerzos para financiarse costosas inversiones en instalaciones como túneles del viento y superordenadores para simulación, con el objetivo de optimizar el método de desarrollo y evolucionar más rápido que sus rivales. Pero ahora resulta que te obligan a usar unos neumáticos que no soportan tanta carga aerodinámica como la que tu coche es capaz de generar.

Equipos como Mercedes han invertido millones en los últimos años para hacer realidad y llevar a pista innovadoras ideas como el doble DRS o el FRIC este año. Son evoluciones que en una situación real aportarían varias décimas de mejora, es la esencia de un campeonato de constructores. Lo que estamos viendo no es, en mi opinión, un campeonato de pilotos y constructores, sino un campeonato de tácticas de dosificación. Para eso no hacen falta 11 constructores. Es suficiente con un constructor independiente que suministre los coches y motores a cada equipo, como se hace en GP2. Para alcanzar el nivel de espectáculo no hacen falta 11 coches distintos. Basta con una especie de copa monomarca, o hacerlo al estilo del campeonato alemán de turismos DTM, con un reglamento que obliga una cantidad significativa de piezas estándares para todos los coches. Sería mucho más emocionante que ahora, porque los pilotos correrían para distintos equipos pero con coches prácticamente iguales. Se abarataría una cantidad bestial en costes. Pero habría que llamarlo de otra manera, por ejemplo GP1. Porque la F1 es un campeonato de constructores en su esencia.

Volviendo a la realidad, la semana que viene toca Bahrein, donde seguirá la batalla de los neumáticos. Se rumorea en el paddock que Pirelli tiene previsto añadir durabilidad a los compuestos blando y superblando para ensanchar su ventana de rendimiento. Parece ser que los lotes de neumáticos modificados estarán disponibles a partir de Barcelona.

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