GUERRA SUCIA DEL ESTADO ESPAÑOL
Morcillo reconoce haber matado a Brouard y apunta a Sancristóbal
La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbo tomará hoy declaración como testigo a José Luis Morcillo que, en una grabación entregada por el expolicía José Amedo y en una entrevista ayer en «El Mundo», reconoce ahora haber matado a tiros a Santi Brouard.
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
La enésima diligencia judicial relacionada con la muerte de Santi Brouard tendrá lugar hoy, a partir de las 10.30, en el Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbo con la toma de declaración, en calidad de testigo, del exempresario José Luis Morcillo Pinillos. A través de videoconferencia desde la localidad madrileña de Leganés -«por su delicado estado de salud», según fuentes periodísticas- la jueza Ana Isabel Gasca interrogará a quien ayer mismo, a sus 73 años y 29 después de los hechos, se confesó en una entrevista concedida en exclusiva a ``El Mundo'' como el autor material de la muerte del dirigente de HB.
Una denuncia interpuesta en enero por el exsubcomisario José Amedo, en las que se incluían unas grabaciones de Morcillo Pinillos obtenidas supuestamente con micrófono ocultó según el expolicía, motivaron la reapertura del caso por el atentado mortal el 20 de noviembre de 1984 contra el pediatra.
Justo un día antes de que tenga lugar la toma de declaración, uno de los autores materiales de la acción reivindicada por el GAL declaró al fin: «Yo asesiné a Santiago Brouard». «Cuando salió de su consulta le pegué dos tiros y lo rematé en el suelo. Salí corriendo con López Ocaña -rememoró quien ahora dice estar «arrepentido» y pide perdón a la familia- y dejé la pistola en la escalera».
En esa misma conversación, el citado a declarar hoy detalla que la orden de cometer la acción se la hizo el excomandante de la Guardia Civil Rafael Masa, mano derecha de quien fue gobernador civil de Bizkaia y director de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal. «Mi compadre Rafael Masa me dijo que si no lo hacíamos su jefe lo echaba. Su jefe era seguramente Sancristóbal, con quien trabajaba en Interior», precisa.
Morcilla asegura que quien llegó después de la muerte de Brouard a teniente coronel le «forzó en varias ocasiones a hacerlo junto a Rafael López Ocaña». «Por lo que más quieras Luis, sube tú y organiza eso como sea, pero hazlo ya de una puta vez, porque me van a echar del Ministerio», recuerda que le comentó Masa.
Con el dinero a vueltas
En un relato escalofriante a pesar de los años transcurridos y los avatares del caso, señala que cobró 7,5 millones de pesetas, de los que se quedó con 5. Respecto a la razón por la que ahora Amedo denuncia y Morcillo habla en la prensa, se puede encontrar en su afirmación de que alguien de Interior se quedó con parte del dinero que sufragó el atentado contra Santi Brouard. «Después me enteré que se libraron 25 millones de pesetas para el tema Brouard, pero yo solo me lleve cinco».
Fuentes relacionadas con el caso subrayan el carácter vengativo de lo que se aventura como otro paso de los ejecutores materiales de la acción y sus aledaños para implicar a ancristóbal, a quien achacan haberse beneficiado de la guerra sucia y no haber repartido con ellos los fondos reservados. Le acusan de «haber cerrado el grifo» y «haber seguido lucrándose él».
Queda por determinar, a juicio del abogado de la familia Broaurd, Txema Montero, si el motivo que persiguen es económico o de venganza, aunque no duda de que las últimas revelaciones sobre aquel atentado y su organización «llevan arrastrando dos o tres años», lo que le lleva a pensar que todo está muy bien planificado por sus promotores.
El letrado, al igual que vienen repitiendo sus representados, incide en que Amedo y Morcillo no hacen sino «corroborar» todo lo que llevan diciendo desde el inicio de la investigación, aunque en dos ocasiones los acusados han sido absueltos por falta de pruebas. Lo cierto es que José Amedo, José Luis Morcillo y Rafael Masa no pueden ser juzgados por ello, por lo que existe la sospecha de que busquen que Sancristóbal sea imputado finalmente, lo que afectaría al PSOE y a muchos dirigentes que se mantienen aún en la vida pública.