CRíTICA: «To the Wonder»
Otro poema visual en el eterno atardecer
Mikel INSAUSTI
No voy a desviar el debate sobre Terrence Malick al debate sobre la tecnología, no es esa mi intención. Pero sí que hay autores, por su forma obsesiva de filmar, a los que el soporte digital no les hace ningún bien. En la era del celuloide, el de Illinois no tenía otro remedio que dosificarse, también porque sus proyectos eran demasiado ambiciosos y arriesgados para lo que la industria podía admitir. Hoy en día, en cambio, Malick puede trabajar mucho más rápido con la cámara y grabar todo el material que le de la gana, para hacerlo y deshacerlo a renglón seguido en la sala de montaje sin dejar pasar años entre película y película.
Para «To the Wonder», no le ha temblado el pulso a la hora de ponerse a editar lo rodado y se ha cargado en el montaje definitivo a buena parte del reparto estelar, por lo que nos quedamos sin ver las anunciadas actuaciones de Jessica Chastain, Rachel Weisz, Amanda Peet, Barry Pepper y Michael Sheen. Y digo actuaciones, por decir algo, ya que Ben Affleck, Olga Kurylenko, Rachel McAdams y Javier Bardem no tienen interpretaciones al uso con diálogos, sino que se limitan a posar ante la cámara como lo hacen los modelos de la publicidad, preferentemente en planos fotografiados con la luz del atardecer.
Las secuencias son, por lo tanto, como pequeños spots, a los que no se les puede negar su plasticidad, pero que, encadenados uno detrás de otro, resultan reiterativos. No hay cuerpo narrativo como tal, ni personajes con un desarrollo dramático. Los protagonistas formar parte de un poema visual inspirado en la naturaleza y en una concepción religiosa de la existencia. No es de extrañar que, en un contexto tan biológico, los animales salvajes luzcan mejor que los desorientados y monologuistas humanos, en especial esos impresionantes búfalos que pastan en las silenciosas praderas. En el momento místico por el que atraviesa Malick está como para hacer películas sobre nuestro universo del tipo de «Koyaanisqatsi», y a eso suena su nuevo proyecto documental «The Voyage of Time».