Un estudio reciente señala que «la telemedicina reduce a la mitad el impacto económico en pacientes con diabetes tipo I (DM1) en lo que a visitas presenciales al hospital se refiere, lo que supone un coste significativamente menor desde el punto de vista del tiempo empleado fundamentalmente por el paciente, pero también por el profesional».

Según revela el coordinador de esta investigación -el director de la Unidad de Diabetes del Hospital Clínico de Barcelona, doctor Enric Esmatjes-, «atendiendo a los costes que conlleva el tiempo empleado en hacer la visita al hospital, la propia consulta y el tiempo empleado por el profesional para atender al paciente, se ha visto que existe un 50 % de reducción en el impacto económico cuando trasladamos los minutos ahorrados a euros». Estos datos avalan el gran auge que está teniendo este modelo médico a la hora de tratar la diabetes, una enfermedad que, en Euskal Herria, afecta a más de 300.000 personas. El servicio de Osakidetza O-Sarean es el encargado de efectuar esta labor con la que se pretende, entre otras cosas, acercar la sanidad a aquellas personas que en su día a día carecen de demasiado tiempo libre o a aquellas que tienen algún problema de movilidad.

Parece claro que cada día son más los ejemplos que nos advierten de un modelo medicinal y una conducta por parte de los pacientes cada día más dependiente de las nuevas tecnologías, lo cual ha provocado un buen número de alertas como la que ayer mismo realizó el presidente de Usuarios Consumidores Independientes, Gustavo Samayoa, quien calificó de «moda» la opción de comprar medicamentos a través de Internet. Para entender esta conducta del usuario, resulta interesante fijarse en algunos datos que revelan que el 35% de los pacientes se adentra en la Red para buscar información relacionada con las características del medicamento que le ha sido recetado.