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Fallece Josetxo Ezponda, un músico contrariado por la vida

Josetxo Ezponda nació en el lugar equivocado, como tantos y tantos músicos, y quizá en un tiempo poco propicio. En Euskal Herria se llevaba el rock duro cuando el creaba Tensión, neo-punk, y punk-rock y metal cuando dio vida a Los Bichos, rock alternativo.
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Pablo CABEZA | BILBO

La falta de noticias de Josetxo Ezponda, uno de los músicos vascos más estimados por la crítica a lo largo del final de la década de los ochenta y los noventa, puso en alerta a sus allegados en la mañana de ayer.

Tras la alarma, los malos augurios se confirmaron: Ezponda aparecía sin aliento en su casa de Burlata en la calle San Francisco. Tras el consiguiente papeleo administrativo su cuerpo es trasladado al Hospital de Navarra, donde queda alojado en el Anotómico Forense a la espera de autopsia.

Hoy, quien lo desee, puede acercarse a partir de las 16.00 al tanatorio de Burlata. Se prevé que el funeral sea el jueves en la iglesia de San Juan Bautista.

Josetxo Ezponda se dio a conocer entre la escena vasca y estatal gracias a dos discos fundamentales, «Color hits» (Oihuka, 1989) y «Los Bichos in bitter pink» (Oihuka, 1991), un arriesgado doble elepé donde Ezponda vierte un mar de talento tan distorsionado como delicado. Dos extremos que siempre formaron parte de las debilidades creativas del glamuroso músico, siempre vestido de forma impecable, queriéndose, mostrándose con orgullo.

Kike, gestor de la tienda de discos Dientes Largos de la calle Jarauta, le conocía bien. «Por aquí venía con mucha frecuencia, en especial a vender discos. Se le notaba cabreado con el mundo», quien nos describe unas caricaturas que Josetxo les hizo hace tiempo.

Artista con clase

Ezponda era un músico instruido. Un guitarrista singular, pero lejos del virtuosismo. Sin embargo, le sobraba estilo, buen gusto e inspiración para componer, por lo que fue capaz de crear una de las formaciones más imaginativas de la historia estatal, Los Bichos. Pero, además, también contaba con talento para la ilustración. Siempre escribía con colores púrpura, rotuladores especiales y con una caligrafía única.

Su propuesta musical obtuvo una repercusión mediática enorme, pero escasas ventas. Pasados unos meses de la edición del doble «Los Bichos in bitter pink», Josetxo le preguntaba a Ritxi Aizpuru, de Oihuka, cuántos habitantes tenía el mundo. «4.000 más o menos», le respondió Aizpuru. Para contestar Ezponda: ¿Y me quieres decir que con tanta gente solo hemos vendido 700 copias?

De este disco tuvo que retirarse el single promocional, «I'm inside her», ya que Josetxo utilizó como portada la foto de una exnovia que amenazó con demanda judicial.

Ezponda quería saber poco de su pasado, quizá por la perdida del glamour juvenil, quizá quemado por nacer en el sitio equivocado para transmitir sus ideas y arte.

Tras la disolución de Los Bichos poco se supo de su carrera. Realizó alguna gira por locales pequeños con su guitarra, pero poco más. Munster Records le publicaba en 2006 «Los Bichos 1991-1988», un libro cedé que repasaba la trayectoria del grupo a través de 36 canciones elegidas por el propio artista. Se incluyen las letras y una desenfadada historia escrita por él.

Iñigo «Munster» apuntaba a GARA que le insistió en variadas ocasiones para grabar algo nuevo, pero que nunca accedió. No obstante, en breve aparecerá un recopilatorio de carácter afterpunk donde Munster incluirá una canción de Neon Provos.

El año pasado Joseba Irazoki actuaba en Burlata, el guitarrista de Bera descubrió entre el público a Josetxo, «le hice un guiño para que subiera a tocar, pero no se lanzó», comenta Irazoki, quien amplía que ambos estuvieron en noviembre del año pasado con Corcobado en un ensayo.

Rober, de Atom Rhumba, se «meileaba» con frecuencia con Josetxo. De hecho, días atrás había recibido una letra de Josetxo para el próximo disco de los Rhumba.

Bizardunak conseguía el año pasado que el ex-Bicho realizara un cameo en el clip «Barrezka», como era de prever, vestido con chaleco, camisa blanca y corbata

Con todo, la percepción de muchos de sus amigos es que Ezponda vivía contrariado, desapegado en exceso de su pasado y no muy predispuesto a apariciones en público: «Se le veía muy poco», se apunta.

De Los Bichos, han fallecido, por diferentes motivos, sus dos baterías (Fernando y Jesús), el mánager (Richard) y su bajista, Asio, también muy elegante.

Josetxo Ezponda se despide sin su último concierto, pero quien le viera en directo guardará esa noche en la retina.

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