Maite SOROA | msoroa@gara.net
La capital del mal
Pasiva y sumisa. Así quiere la derechona a la gente, y cuando esta se levanta porque les están robando hasta las muelas, los voceros más ultras sacan a pasear el atizador. Hoy traemos a esta lupa a Ricardo Chamorro, columnista de «Elsemanaldigital» que considera «indignantes» los escraches de los indignados. Comienza diciendo que «el cinismo de la izquierda últimamente no tiene límites», lo que ya da una idea de por dónde va su artículo, y agrega que «no hay cosa más fracasada que sus ideas, pero muy al estilo de principios del siglo XX vuelven a liderar cualquier revuelta social de masas, incluida la revuelta contra los desahucios, en beneficio propio». ¿Fracaso? Servidora intuye que la carrera periodística del propio Chamorro tampoco es ejemplo de éxito.
El columnista saca luego la recortada y dispara con postas, para intentar zumbarle a todo lo que se mueve: «Las plataformas 15M, indignados o plataforma contra los desahucios, están siendo claramente utilizadas por la izquierda para captar masa crítica que será utilizada contra el gobierno y en beneficio político de estas ideas». O sea, que toda la gente que se está movilizando es incauta y se deja «utilizar». ¿Se creerá Chamorro sus patochadas? Pero como diría ese simpático personaje de dibujos animados, no se vayan todavía, aún hay más. Vean cómo sigue el párrafo: «Desde Mondragón a Marinaleda la izquierda radical apuesta por un bloque progresista y plural de izquierdas canalizando los dramas de la crisis de la cual sus ideas son muy culpables». Ya lo han visto, Arrasate y el pueblo del gran Sánchez Gordillo son campamento base de los escraches de Madrid. Una especie de capitales del mal. Y por si no estuvieran claras las obsesiones del personaje, lean lo que escribe a continuación: «Atacan la desigualdad y los privilegios pero no han dicho ni pío contra los separatismos, principales defensores del neofeudalismo. Se declaran depositarios de la soberanía nacional despreciando a millones de ciudadanos representados en el Parlamento, justificando cualquier golpismo y guardando atronador silencio sobre los separatismos, enemigos mortales de la soberanía nacional. Condenan la violencia y la injusticia y miran para otro lado si se les recuerda el millar de vidas que aquí, delante de sus narices, se ha llevado por delante el terrorismo nacionalista vasco». Estaba claro que iba a tirar por ahí, por el pérfido «separatismo». Rojos y separatistas... qué miedo les dan.