alarma en estados unidos
Interceptada una sustancia tóxica enviada a Obama y a un senador
Sendas cartas con partículas de ricino, una sustancia tóxica, fueron interceptadas tras ser remitidas al presidente de EEUU, Barack Obama, y al senador republicano Roger Wicker. El FBI desvinculó estos envíos del atentado de Boston del pasado lunes. Pero la sicosis hizo que poco después se cerrara parcialmente el Senado por dos paquetes sospechosos, unas horas antes de que rechazara reformar la ley sobre el control de armas.
GARA | WASHINGTON
El Servicio Secreto de Estados Unidos interceptó ayer una carta con partículas de ricino remitida al presidente norteamericano, Barack Obama, horas después de que se conociese el envío de otro paquete similar al senador republicano Roger Wicker.
La carta sospechosa dirigida a Obama llegó el martes a un centro de correos de la Presidencia situado en Washington pero fuera de la Casa Blanca. Los servicios de seguridad detectaron la sustancia durante los escáneres rutinarios y pusieron el paquete en cuarentena.
El FBI confirmó que «contenía una sustancia en granos que, en las pruebas preliminares, ha dado positivo para ricino», aunque la confirmación definitiva sobre el contenido tardaría aún «entre 24 y 48 horas».
La agencia federal matizó que siempre que se encuentra un «polvo sospechoso» en una oficina de correo se hacen pruebas, y que éstas «pueden producir resultados inconsistentes». «Solo un análisis completo efectuado en un laboratorio acreditado puede determinar la presencia de un agente biológico como la ricina», subrayó, al recordar que «esos test se están llevando a cabo y generalmente llevan entre 24 y 48 horas».
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, confirmó al inicio de su rueda de prensa diaria que Obama fue informado sobre esta amenaza, igual que también fue notificado tras la detección, en un centro postal de Maryland, de un paquete sospechoso enviado a Wicker.
En ambos casos, se trata al parecer de partículas de ricina, una potente toxina para el que no hay antídoto y que causa hemorragia intestinal, diarrea, vómitos, deshidratación e hipotensión. Puede causar la muerte en un plazo de 36 horas.
La cadena de televisión Fox señaló que ambas cartas parecían provenir del mismo origen y contenían la frase: «Ver algo incorrecto y no difundirlo es convertirse en un aliado silencioso de su continuación». Añadió que las dos tienen además la misma firma: «Soy KC y apruebo este mensaje».
Sin relación con Boston
La interceptación de las dos cartas se produjo un día después de los atentados de Boston, en los que perdieron la vida tres personas y casi dos centenares resultaron heridas. Sin embargo, según el FBI, no hay pruebas que acrediten una conexión entre ambos sucesos.
Carney evitó especular sobre los posibles vínculos entre las explosiones en el maratón de Boston y las cartas y remitió a la prensa a la información que está proporcionando sobre el caso el FBI.
«Es importante resaltar que las actividades en la Casa Blanca no se han visto afectadas como resultado de esta investigación», declaró la agencia federal.
Alarma en el Senado
Sin embargo, sí que se vio alterada la actividad en el Senado, donde se evacuaron parcialmente dos edificios, por la posible presencia de paquetes sospechosos en las instalaciones. Según un portavoz policial citado por la agencia Reuters, la persona que los entregó en la recepción de estos inmuebles fue interrogada por esta potencial amenaza.
El protocolo del Congreso no permite entregar paquetes ni sobres directamente en sus instalaciones. La correspondencia debe llegar a una oficina situada a las afueras de la capital, en el estado de Maryland.
Según informó en un comunicado la oficina del senador por Alabama Richard Shelby, las autoridades «investigan un paquete sospechoso entregado en la recepción» del edificio Russell, donde él trabaja.
Parte de los trabajadores de ese edificio y de otro cercano, el edificio Hart, adonde llegó el otro paquete, permanecieron en sus oficinas y no se les permitió entrar ni salir, informó por su parte la cadena CNN.
Tras analizar los paquetes y garantizar que la situación estaba «totalmente despejada», la Policía decidió levantar el confinamiento.
En febrero de 2004, el Senado y la Casa Blanca ya fueron blanco de un ataque con ricina, que no causaron víctimas. También se envió ricina al Departamento de Transporte en octubre de 2003 y a la Casa Blanca al mes siguiente, en cartas firmadas por un «ángel caído», que exigió un cambio en la regulación de las horas de trabajo de los caminieros de EEUU. Desde entonces, todo el correo enviado a los representantes electos se examina fuera del Capitolio antes de ser transportados, un procedimiento que también se aplica a las cartas y paquetes enviados a la Casa Blanca.
Rechazo al control de armas
Las alarmas sobre amenazas en las principales instituciones estadounidenses llegaron el mismo día en que el Senado comenzaba el debate sobre una legislación para endurecer el control de armas y la votación de las primeras enmiendas, cuyo resultado era trascendental para el fin de la ley. Más de cuatro meses después de la conmoción por la masacre en la escuela de Newtown, la reforma sobre la ley de armas promovida por Obama fracasó tras el voto negativo en las primeras enmiendas, referidas a la petición de antecedentes a todos los compradores de armas (actualmente solo se exige en tiendas, donde solo se lleva a cabo el 60% de las ventas).
Este rechazo, incluso de un texto suavizado respecto a sus primeras versiones, supone un fracaso político para el presidente, que se ha empeñado a fondo en promover una regulación más estricta.
La medida debía contar con 60 votos de cien para continuar su tramitación, en una cámara en la que los demócratas solo disponen de 55.
Finalmente solo 54 senadores votaron a favor de la enmienda frente a 46 votos favorables. Cuatro demócratas se unieron a los republicanos. Los senadores debían votar también enmiendas sobre limitaciones a la venta de armas de asalto, cargadores de gran capacidad, o tráfico de armas, que contaban con menos posibilidades aún de salir adelante.
«Vergonzoso» gritó desde la tribuna del público Patricia Maisch, superviviente del tiroteo de Tuscon, Arizona, en enero de 2011, que asistía a la votación con familiares de las víctimas de Newtown.
El propio senador demócrata Joe Manchin, autor de la propuesta que plantea comprobar los antecedentes judiciales y siquiátricos de los compradores de armas en internet, reconocía antes de la votación que «no tendremos suficientes votos hoy».
Una hora antes de que el Senado rechazara la propuesta y anticipando la derrota, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, que presidió la sesión de forma excepcional, prometió que «si no lo conseguimos hoy, al final lo conseguiremos».
John McCain, ex candidato republicano a la presidencia, trató de consolar a los autores de la medida afirmando que «hacer siempre lo correcto es una recompensa en sí mismo».
Le presidente, Barack Obama, viajará hoy a Boston para prticipar en una ceremonia de oración dedicada a las víctimas del atentado del pasado lunes.
El FBI identificó que en uno de los artefactos colocados en Boston se utilizó una olla a presión de la marca Fagor. Según una televisión local, los agentes federales se pusieron en conctacto con la empresa Signature Marketing Group, de Nueva Jersey, distribuidora de Fagor en la región de Massachusetts.
Los musulmanes estadounidenses observan con inquietud la investigación de Boston y temen represalias. Aunque comenzó con un amplio abanico de sospechas, desde la extrema derecha a grupos islamistas, Ibrahim Hooper, del Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, indicó que ya han recibido los habituales «mensajes de odio» pero «nada grave» por el momento. «No quieres dar la impresión de que estás más preocupado por el vandalismo en una mezquita que por un atentado que siega la vida de varias personas y hiere a muchas más, pero algo permanece en un rincón de nuestra cabeza: la posibilidad de represalias», afirmó. «El estereotipo de `musulmanes terroristas' ya está instalado en la cultura americana. Hay una gran probabilidad de ver a musulmanes americanos hacer frente a represalias si el sospechoso es musulmán, opina Sahar Aziz, del Instituto por la Comprensión y la Política Social. GARA
Los investigadores del atentado de Boston, que mató a tres personas e hirió a casi 180, afirmaron contar con imágenes del sospechoso, pero desmintieron haber detenido a nadie, como se habían apresurado a afirmar algunos medios.
«Tenemos la imagen de una persona que pensamos que es un sospechoso», declaró a France Press una fuente judicial. «Queremos saber quién es. Esta persona no ha sido detenida y no la hemos identificado claramente», añadió la fuente bajo anonimato. El diario «Boston Globe» informó de «la imagen de un sospechoso que llevaba, y puede que depositara, una bolsa negra en el lugar de una de las explosiones».
Una cámara de vigilancia de un gran comercio ha permitido tener «una imagen clara d ela zona» y las imágenes de una cadena local de televisión también habrían ayudado. Pero los investigadores desminitieron que se haya producido ningún arresto y, de hecho, ayer seguían sin conocer el autor o los motivos del atentado.
«Pese a informaciones que indicaban lo contrario, no ha habido detenciones en la investigación del atentado del maratón», informó la Policía de Boston después de que la cadena de televisión CNN hubiera afirmado que un sospechoso habáí sido arrestado. El FBI también desmintió cualquier detención y pidió a la prensa prudencia por «las consecuencias no intencionadas que pueden tener informaciones inexactas». La CNN se justificó hablando de «confusión» y de «malentendido».
Mientras tanto, cientos de periodistas se precipitaban al tribunal federal de Boston donde esperaban que fuera trasladado el supuesto detenido. Para aumentar la confusión, el tribunal tuvo que ser evacuado brevemente por un falso aviso de bomba.
Dos días después del atentado, los investigadores siguen sin contar con ninguna hipótesis principal.
Pero sí tienen una idea más precisa de las bombas artesanales que fueron utilizadas. El FBI, que ha pedido la cooperación de la gente, hizo públicas numerosas fotografías de diversos elementos encontrados en el lugar de las explosiones, como trozos de una bolsa negra y restos de una olla a presión destrozada por el estallido y encontrada en un tejado. GARA
