Si al menos quienes gobiernan nuestras vidas, haciendas y ocupan los telediarios tuviesen otro aspecto. Si mostrasen algún atisbo de inteligencia. Podríamos aducir en nuestra defensa que nos engañó su oratoria, que su belleza y armonía de movimientos nos sedujo. Obnubiló nuestra mente y fuimos abducidos por una estética que secuestró nuestros sentidos anulando nuestra voluntad y arrebatándonos el juicio. Las escasas intervenciones públicas del presidente español con sus ministros y ministras desdiciendo unos lo que acaban de afirmar otros no tranquiliza en absoluto. ¿Y los brotes verdes que percibía Fátima Báñez, la que a la emigración de los jóvenes la denomina movilidad exterior? ¿Se los fumaron en comandita los del gabinete de crisis? ¿Por eso Montoro ve crecimiento en 2014 donde el resto de analistas extranjeros ve un erial? También explica la fluidez verbal de la diferida María Dolores de Cospedal en el sainete del contable Bárcenas.

Clama Rouco Varela, la voz más aguardentosa de Dios, desde el púlpito contra el derecho a la libre interrupción del embarazo y, no han pasado veinticuatro horas, cuando un monaguillo que oficia de ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, da satisfacción plena a las plegarias del prelado eclesiástico anunciando la modificación de la ley. Dice el arzobispo que la Ley de Dios debe prevalecer sobre el resto de leyes. Leed, queridos, el Antiguo Testamento, allí se encuentran los preceptos del bueno de Yhavé. Hay más dolor y arbitrariedad en un solo de sus versículos que en todas las páginas de las obras completas del Marques de Sade.

Si a eso le sumas ser navarro la situación no mejora precisamente. Es lo que tiene descender de los valientes voluntarios que liberaron Irún de las hordas marxistas con el «detentebalaelsagradocorazóndeJesúsestáconmigo» bordado en el pecho. Cuentan las crónicas que los devotos y aguerridos voluntarios del tercio requeté, como botín de guerra, se llevaban requisadas las máquinas de escribir creyendo que eran acordeones. También hay quien afirma ser testigo que el mayor número de bajas sufrido por la tropa de Dios, Patria y Rey fue al llegar a Donostia e intentar franquear la puerta circular corredera del hotel Victoria Eugenia. «Cayeron como moscas», abatidos por el sinfín de vueltas propiciadas por tan infernal mecanismo. Así se explica que Miguel Sanz llegase a presidente y Roberto Jiménez a vicepresidente. ¿Apoyar la moción de censura contra la Señora? Imposible la censura entre depredadores de la misma camada. Una ruptura de la simbiosis parasitaria conseguida durante tantos años entre UPN y PSN pondría en grave peligro la subsistencia de ambos organismos. Compartir la dieta crea fuertes vínculos de solidaridad difíciles de romper.

Ignorantes gobernando en su provecho. Esquilmado la hacienda pública hasta precipitarla a la bancarrota. Las deudas por ellos contraídas harán inviable el sistema de pensiones. Dejar el gobierno en manos de necios ¿en qué nos convierte?