PÚBLICO.ES | David Torres, 2013/4/17
El culo del mundo
Suena bastante ingenuo para llevar a cuestas tantos años de profesión, pero la unanimidad informativa nunca deja de sorpren- derme. Quiero decir que ayer todos los periódicos, de derechas y de izquierdas, extranjeros y nacionales, en papel y en píxeles, abrían en portada con la noticia del atentado de Boston. Dos muertos y unos cientos de heridos acaparaban titulares y negritas mientras, el mismo día, los cientos de muertos y miles de heridos de un bombardeo en Siria ocupaban algo menos que la información meteorológica. A media mañana el periodismo decidió echarle otro pulso a la actualidad y la sentencia a Isabel Pantoja, una tonadillera en horas bajas, borraba por completo a todo un señor terremoto en Irán, país donde, visto lo visto, los seísmos deben de ser algo así como estornudos del terruño.
No soy tan ingenuo como para desconocer las leyes de la cercanía sentimental pero sí para cuestionar el papo con que las aceptamos (eso aparte de que considerar Boston más cercano que Alepo o Teherán es, cuando menos, preocupante). Lo aterrador es precisamente la alarma mental que salta en nuestra cabeza si juntamos las palabras «Boston» y «bomba», no te digo ya si matan un niño estadounidense, mientras que consideramos perfectamente normal que docenas de niños anónimos mueran masacrados a diario en Alepo, en Bagdad o en cualquier lugar de Afganistán, que es el culo del mundo, es decir, un país del que pocos podrían citar más de tres ciudades sin recurrir al google. (...)