GARA > Idatzia > Kirolak> Baskonia

ANÁLISIS | Caja Laboral Baskonia en la Euroliga

El arte de aprender a subir y a bajar de un camión en marcha

El Baskonia ha salvado su papel en la Euroliga cambiando drásticamente de entrenador y jugadores, sufriendo para avanzar en el último instante, para caer en unos cuartos de final en los que los arreones de buen juego han carecido de la regularidad que a este nivel se requiere.

p040_f01-97x260_.jpg

Arnaitz GORRITI | Periodista

Las personas tienen sueños locos que a veces se cumplen y a veces no. Hay quien sueña en tirarse en paracaídas, sumergirse en una jaula protectora para tomar fotos de un tiburón blanco, viajar a Nueva York para subir al Empire State y pedir matrimonio en su azotea... o simplemente aprender a subirse a un camión en marcha o a bajarse de él. Hay gente para todo.

La Euroliga 2012/13 del Caja Laboral Baskonia es el demostrativo perfecto de esa capacidad innata de subirse o bajarse de un vehículo que transita a toda velocidad. Los baskonistas han llegado tarde, o casi, a casi todas sus citas, llegando a estar virtualmente eliminados en la primera fase de la Euroliga y dependientes de terceros en medio del Top 16, para al final llegar a estar cerca de forzar el desempate en unos cuartos de final ante el CSKA de Moscú.

Fin de un ciclo e inicio de otro. La campaña 2012/13 será conocida como la que supuso el fin de la era de Dusko Ivanovic. El técnico de Bijelo Polje dirigía los designios baskonistas durante la primera fase, concretamente durante seis partidos, que se saldaron con balance de una victoria y cinco derrotas. El único triunfo, cosechado en la tercera jornada, 85-95 ante Armani Milano, mientras que las derrotas incluían tres en Zurbano: Zalgiris, Anadolu Efes y Olympiacos.

«El equipo está mal y cada día está jugando peor. Tenemos una trayectoria nefasta en la Euroliga. No entrar en el Top 16 es un fracaso, aunque todavía tenemos alguna opción», declararía Josean Kerejeta el 18 de noviembre. Aunque fue la derrota ante el Obradoiro lo que precipitó la salida de Ivanovic, en realidad la derrota por 72-89 ante Olympiacos ya lo había sentenciado. Anteriormente, Anadolu Efes conseguía imponerse en Gasteiz tras remontar un 48-30 adverso para vencer por 64-76.

Josean Kerejeta apostaba por Zan Tabak, que se estrenaba en Europa con una derrota histórica: 82-45 en la cancha del Zalgiris Kaunas, lo que hundía aún más a los baskonistas en su pelea por llegar al Top 16.

Milagro contra Milano. Zan Tabak llegaba como un técnico sin apenas experiencia como primer entrenador, por mucho que declarase que «llevo siete años preparándome para esto». La derrota en el Zalgirio Arena le enseñó que todavía tiene mucho que aprender, y al descanso del partido del 29 de noviembre, 28-42 ante Armani Milano, las cosas pintaban aún peor. La derrota significaba caer eliminado, quedándose por segundo año consecutivo fuera del Top 16.

Liberado de todos sus miedos, el Baskonia se encomendó a San Emeterio y Heurtel -autor de la canasta decisiva- para remontar e imponerse 64-62, un triunfo refrendado frente a Anadolu Efes -76-91- y Cedevita Zagreb -97-70-, logrando pasar a la segunda fase de la Euroliga.

La dualidad como modo de vida. Al inicio del Top 16, Saski Baskonia vivía una época de bonanza de resultados, y en la Euroliga hasta de juego, lo que le permitía batir a Olympiacos, Besiktas, Maccabi y Fenerbahçe-Ulker, estos últimos fuera.

Todo se torcía tras la derrota frente al Barcelona y el Khimki. Los gasteiztarras mostraban una irregularidad en los partidos, alternando grandes minutos con desconexiones totales, sobre todo en casa. Jugadores como Nemanja Bjelica, Heurtel o Lampe personificaban la dualidad de un Baskonia con calidad pero con escasa estabilidad dentro y fuera del parqué.

La llegada de Tabak suponía la salida de Taylor Rochestie y la entrada de Omar Cook; la venta de Brad Oleson y el fichaje de David Jelinek, mientras que Carlos Cabezas salía por la puerta falsa después de protagonizar, al parecer, unas filtraciones a cuenta de una bronca de vestuario tras caer por 82-74 frente a Olympiacos, lo que suponía la cuarta derrota consecutiva en el Top 16, una mala racha que se alargaría al caer frente al Maccabi en Zurbano, lo que complicaba aún más el pase a cuartos de final de los gasteiztarras, pendientes de ganar casi todos los partidos que restasen y recibir la ayuda de otros equipos, en forma de resultados que afectaran a terceros, como Montepaschi Siena o Khimki, víctimas del Baskonia, que lograba pasar a cuartos de final en parte gracias al Barcelona y al Besiktas.

Contra el CSKA de Moscú se compite demasiado tarde. Pasar el cruce de cuartos iba a resultar casi imposible. Para un Baskonia con jugadores inexpertos como Causeur, Pleiss o Jelinek, o irregulares como Lampe, Heurtel o Nemanja Bjelica, el rodillo del CSKA de Moscú iba a resultar demasiado. Sin embargo, dolió ver que no se llegó a competir en los dos partidos de Moscú, a excepción de 15 minutos del segundo partido. En Gasteiz al menos se peleó, en parte porque el propio CSKA bajó el pistón en el tercer partido.

Es difícil saber a qué carta quedarse. De mantenerse el bloque de este año, tanto de jugadores como de técnicos, esta Euroliga podría servir como aprendizaje para años venideros. Si el bloque vuelve a cambiar, habrá que confiar de nuevo en su habilidad de subir al camión en marcha.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo