Euskal Trenbide Sarea puso en servicio ayer de madrugada el desvío ferroviario del puente de Loiola, en Donostia. El nuevo trazado discurre paralelo al anterior, por el puente reforzado de aguas del Añarbe. Esta actuación da inicio a las obras de demolición del viaducto para su sustitución por uno nuevo.

El puente tiene en la actualidad dos pilas, mientras que el nuevo se asentará sobre sendos estribos, por lo que carecerá de apoyos en el cauce del río Urumea. Una vez construido se derruirá el de aguas del Añarbe.

De esta manera, además de mejorar el tráfico ferroviario se ganará en seguridad y se reducirá ostensiblemente el riesgo de inundaciones ante eventuales avenidas de agua.