La obra «Recorridos a los castillos del Reino de Navarra», impulsada por GARA y Nafarroa Bizirik, ofrece una oportunidad para conocer de primera mano los castillos que defendieron Nafarroa y que fueron destruidos tras la conquista castellana por orden de los ocupantes en un intento de borrar de la historia al reino. Juan Mari Feliu se ha encargado de elaborar los recorridos y Pello Guerra, Joseba Asiron e Iñaki Sagredo se han responsabilizado de la parte histórica. La obra puede adquirirse al precio de quince euros.

Precisamente, recuperar este legado es el objetivo que se marcó Nafarroa Bizirik en 2011 al poner en marcha la iniciativa de situar monolitos en los lugares en los que una vez se levantaron los castillos, según explicó ayer Sergio Iribarren, portavoz del colectivo.

El primero de ellos se colocó en Aizorrotz, en Eskoriatza, en enero de 2011. El segundo, en Irulegi. En total, hasta el momento se han instalado veinte, pero está previsto colocar más. Los próximos serán los de Gares, Puiu, Kaseda e Iguzkitza.

Iribarren destacó que la publicación del libro busca socializar la iniciativa de recuperar la memoria de los castillos. «Hemos colocados monolitos en los montes donde se situaban las fortalezas. Pero solo los montañeros y quienes viven en el entorno lo saben. Con esta obra, queremos que el gran público conozca este trabajo», añadió.

Guerra acudió a la presentación de la obra en la sociedad Kaskallueta de la Txantrea con una piedra en la mano. «Esta piedra podría ser una más de las muchas que hay. Pero no es una más. Es una piedra que formó parte de la estructura del castillo de Legin, que estuvo presente en los comienzos del estado que crearon los vascones allá por el siglo IX y sufrió su misma suerte, su mismo final, en el siglo XVI, cuando las tropas del cardenal Cisneros lo destruyeron en el contexto de la conquista española» señaló, antes de prometer que devolvería la piedra a su emplazamiento.

«Recuperar la historia de nuestros castillos es fundamental, porque no podemos olvidar que recordar el pasado de esas centenarias piedras supone ser conscientes de lo que fuimos, nos ayuda a entender lo que somos y nos orienta a la hora de diseñar nuestro futuro», añadió Guerra.

Feliu, por su parte, reconoció que la elaboración de este libro ha costado mucho trabajo, pero mostró su voluntad de que tenga continuidad. De hecho, la obra pretende ser el primer tomo de una serie si se cumplen las expectativas.

Junto a ello, el veterano montañero destacó que los recorridos son accesibles para el público general, por lo que llamó a quienes habitualmente no acuden al monte a realizarlos. Todos ellos son circulares, parten de la localidad en la que se asienta el castillo y discurren por caminos anchos y señalizados.

Feliu avanzó que en setiembre se pondrá en marcha un programa de visitas guiadas. «Aun quedan muchos castillos por descubrir», subrayó.